Se trata de las revelaciones del Teha Group, en el que participan nueve think tanks internacionales, y en las cuales se diseñó una "hoja de ruta" que presentará en el Foro de Cernobbio: cinco propuestas para reforzar la seguridad energética, cinco para la seguridad agroalimentaria mundial y cinco para alcanzar la paz.
"Estamos atravesando un panorama geopolítico sin precedentes inestable", subrayó Valerio De Molli, director general de Teha Group.
Por este motivo, "sólo comprendiendo las causas profundas de la guerra y abordando sus implicaciones más amplias podremos trabajar hacia un futuro en el que la resiliencia, la inclusión y la sostenibilidad están a la vanguardia de la gobernanza global".
Es el hilo conductor del documento "con el objetivo de ofrecer una contribución constructiva para acercar la paz" y el sueño es que el primer paso parte de Cernobbio.
Ahí, en el primer día de trabajo, pronunciará su discurso Viktor Orbán, primer ministro de Hungría y presidente de turno del Consejo de la Unión Europea, y se espera que también participe el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
Hay que empezar por "reconocer el enorme daño causado por la guerra tanto a nivel regional como global", según el análisis realizado por Teha con DiXi Group, el Centro EDAM de Estudios de Economía y Política Exterior, la Escuela Superior de Economía, y el Instituto Jacques Delors.
También se hizo junto con la Escuela de Economía de Kiev, el Limes, la Fundación Observer Research y la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
Reconocer los daños es "el requisito previo de un proceso de paz global".
El siguiente paso es "realizar un análisis crítico del fracaso diplomático de los Acuerdos de Minsk" (firmados en 2014 entre Ucrania, Rusia y la OSCE).
Los otros pasos son: "segmentar el proceso de paz en acciones de corto y mediano plazo para establecer hitos y objetivos claros, facilitando resultados progresivos y asegurando que se logren tanto las necesidades inmediatas como los objetivos de largo plazo; organizar una Conferencia de Paz Internacional" que involucre Rusia y Ucrania y, finalmente, "crear un sólido plan de asistencia financiera y económica para apoyar a Ucrania en la posguerra" previendo el problema de la deuda pública y la disminución de la población.
Para responder a las dos grandes crisis, la energética y la alimentaria, que se originaron con la guerra, los analistas de Teha sugieren cinco medidas para cada una: se trata de la diversificación de las fuentes de energía, la creación de reservas energéticas estratégicas, el aumento de las inversiones en energías renovables, la introducción de medidas de eficiencia energética y la creación de una Red Energética Paneuropea.
Para reaccionar a la inseguridad alimentaria aguda, en tanto, que alcanzó niveles récord y afectará a 258 millones de personas en 58 países en 2022, las propuestas de Teha son: "iniciar una actividad de coordinación, involucrando a las principales organizaciones internacionales, en la gestión de la crisis alimentaria mundial; establecer programas de ayuda para apoyar a los países vulnerables; proporcionar asistencia financiera y ayuda al desarrollo a los países vulnerables para construir sistemas agroalimentarios".
También el desafío es "mejorar la resiliencia ante futuras crisis ambientales y, finalmente, iniciar una reforma de la política y la gobernanza agrícolas globales para apoyar la transición verde para garantizar la equidad; acceso y distribución de recursos agrícolas y alimentarios".
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