Por lo tanto, permanece en el hospital para continuar los tratamientos y las terapias para la neumonía.
Además, sigue
siendo asistido constantemente con oxígeno y también esta noche
continuará con la ventilación mecánica.
Se respira, por tanto, el primer verdadero suspiro de
alivio por el Papa Francisco, ingresado en el Policlínico
Gemelli de Roma desde hace casi un mes.
"Las condiciones clínicas del Papa —se lee en el boletín
médico— continúan siendo estables.
Las mejoras registradas en
los días anteriores se han consolidado aún más, como lo
confirman tanto los análisis de sangre como la evaluación
clínica objetiva y la buena respuesta a la terapia
farmacológica. Por estos motivos, los médicos han decidido
levantar el pronóstico reservado".
El hecho de que los médicos hayan levantado el pronóstico
reservado significa que el Papa no está en peligro inminente de
muerte debido a la infección (en los bronquios y pulmones) por
la que fue ingresado.
Pero el cuadro clínico sigue siendo complejo y persisten
otros riesgos, también debido a la edad (Francisco tiene 88
años), y por ello debe permanecer en el hospital para continuar
los tratamientos en un entorno protegido.
Por la misma razón, las visitas son muy restringidas, "solo
las estrictamente necesarias", explican desde el Vaticano, como
las que se produjeron en los últimos días con el cardenal Pietro
Parolin y monseñor Edgar Peña Parra, que indican una voluntad de
continuidad en el gobierno de la Iglesia.
Los médicos, de hecho, subrayan en el boletín que "en
consideración de la complejidad del cuadro clínico y del
importante cuadro infeccioso presentado al ingreso, será
necesario continuar, durante más días, la terapia médica
farmacológica en el entorno hospitalario".
"Más días": el equipo médico no da un plazo preciso, pero es
evidente que, con una neumonía que aún debe ser tratada y la
fragilidad debida a la edad, podría tratarse de semanas.
Esta mañana, el Papa ha podido seguir los Ejercicios
Espirituales en conexión con el Aula Pablo VI, luego recibió la
Eucaristía y se dirigió a la capilla del apartamento privado
para un momento de oración. Por la tarde, se unió nuevamente a
los Ejercicios Espirituales de la Curia, siguiéndolos por
videoconferencia. Durante el día, ha alternado la oración con el
descanso.
El ánimo del Papa es bueno, pero, por otro lado, incluso en
los momentos más difíciles, nunca se ha informado de que el
Pontífice estuviera desanimado.
Continúa con tenacidad las terapias para salir de este
túnel. Hay que tener en cuenta que el Papa está asistido en la
respiración prácticamente 24 horas al día. De día, con oxígeno a
alto flujo a través de cánulas nasales; de noche, con
ventilación mecánica no invasiva administrada a través de una
máscara.
Mientras esta situación persista, parece difícil, aunque no
imposible, un regreso a Casa Santa Marta. "Es un poco pronto
para hablar de eso", señalan fuentes vaticanas.
Mientras tanto, Francisco también dirige su mirada más allá
de ese décimo piso del hospital donde, para su salvaguarda, está
prácticamente blindado. Por ejemplo, ha sido informado sobre la
inundación que ha afectado a su Argentina.
"Está cerca, con el pensamiento y la oración, de las
personas de la zona de Bahía Blanca", ha informado esta mañana
la sala de prensa vaticana.
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