(ANSA) CASCAIS - El Papa participó hoy en Cascais, Portugal, en la sede de la Schola Occurrentes, de la inauguración del mural más grande del mundo, de tres kilómetros y medio de longitud, titulado "La vida entre los mundos".
En esta obra de arte participaron ancianos, jóvenes, ricos, pobres, niños de diferentes religiones y no creyentes y jóvenes de diferentes nacionalidades. El toque final lo dio hoy el Papa Francisco con un pincel 'virtual'.
"Es una Capilla Sixtina pintada por vosotros", ha dicho el Papa a los jóvenes, recordando las palabras del presidente de las Scholas, José María del Corral.
Al improvisar unas palabras ante los jóvenes, Francisco habló del "caos" y las "crisis" que están viviendo las nuevas generaciones.
"Crear una crisis no es bueno, es como dar vueltas, dar vueltas, en las crisis hay que andar… pero una vida sin crisis es como el agua destilada, no se puede beber, no sirve más que para conservarse", dijo el Pontífice.
El Papa donó un cuadro que representa la parábola del Buen Samaritano a Scholas Occurrentes. Y comentó: "A veces en la vida hay que ensuciarse las manos y no ensuciarse el corazón".
Luego regó un olivo plantado hoy en el jardín de la sede de Scholas como recuerdo de su visita a Cascais.
Finalmente, el Papa cerró el encuentro pidiendo: "Recen por mí, y los que no pueden rezar -dijo refiriéndose a los que son ateos o de otras religiones- envíen al menos ondas positivas".
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