El obispo católico de Nicaragua, Rolando Álvarez, crítico de Daniel Ortega y condenado a 26 años de prisión, ha sido liberado de prisión: así lo reveló a CNN una fuente diplomática, según la cual se mantienen conversaciones entre el gobierno y los líderes de la Iglesia local sobre el futuro del prelado.
En las conversaciones también estaría la posibilidad de que el obispo pudiera ser expulsado de la nación latinoamericana o enviado al exilio. Si el clérigo se niega a salir del país, podría ser devuelto a prisión, precisó la fuente.
Las relaciones entre Nicaragua y el Vaticano se agriaron este año después de que el Papa Francisco describiera al régimen de Ortega como un "régimen opresivo".
Ayer, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció que llamaría a Ortega, para hablar sobre la persecución de los religiosos católicos que se vive en el país centroamericano.
“Recientemente estuve con el papa Francisco y me comprometí a hablar la próxima semana con Daniel Ortega sobre el conflicto en curso con sectores de la Iglesia”, dijo Lula al recordar su visita al Vaticano hace dos semanas.
“Tenemos que hablar. No podemos aislarnos y pensar que solo un lado tiene defectos. Hay muchos defectos, entonces tenemos que hablar con todos”, comentó al término de la cumbre de presidentes del Mercosur realizada ayer en Puerto Iguazú, Argentina.
En los últimos años, el gobierno de Nicaragua ha cerrado más de 3.300 ONG. Igual suerte ha corrido también la fundación católica Fraternidad Pobres de Jesucristo, que proporcionaba alimentos y ropa a los habitantes de las comunidades pobres del occidental departamento de León.
Ortega también ha ordenado el traspaso de sus bienes a manos del Estado, según confirmó el diario oficial La Gaceta
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