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Nutridas manifestaciones de protesta contra Macron

Primer día de Michel Barnier como premier.

PARIS, 07 septiembre 2024, 17:14

Redaccion ANSA

ANSACheck
Manifestantes expresan su disgusto en París contra el presidente. © ANSA/AFP

Manifestantes expresan su disgusto en París contra el presidente. © ANSA/AFP

En el día número un de Michel Barnier en el cargo, las calles de Francia se rebelan contra Emmanuel Macron que lo nombró a él y no a Lucie Castets, la candidata del Nuevo Frente Popular.
    No estaba toda la gauche, porque a desfilar en las 150 manifestaciones anunciadas se mostró, especialmente La France Insoumise (LFI) y parte de los Ecologistas, con el Partido Socialista y los sindicatos que se quedaron en casa.
    En París, entre Bastille y Nation -el recorrido más tradicional de la protesta- había algunas decenas de miles de manifestantes, con una diferencia abismal entre las cifras de los organizadores (160.000) y las que proporcionó la policía (26.000).
    Para Mathilde Panot, fidelísima de Mélenchon, en toda Francia manifestaron 300.000 personas, con la policía que aquín también corrigió a la baja (110.000). Puede ser el comienzo de una oleada de protestas que encenderá el otoño, pero también la hipótesis de que el fin negociador Michel Barnier, uno habituado a tejer relaciones entre ingleses y Bruselas durante el Brexit, consiga romper la unidad del frente de izquierda.
    A lo mejor llevando consigo algunos votos socialistas, los cuales no han digerido aun el cierre del secretario Olivier Faure a la propuesta de Macron de votar a Bernard Cazeneuve, un hombre salido del PS, como primer ministro.
    "Macron quiso imponer la ley de la jungla, la ley del más fuerte -tronó el anciano 'tribuno' Mélenchon, apareciendo con su chaqueta de cuero desde un camión que precedía la procesión-, pero en este país el más fuerte es el pueblo". El líder del LFI arremetió contra el "golpe de Estado" que llevó a Macron a "robar la victoria a la izquierda, ignorando los resultados de la votación".
    "Macron, vete, limpiemos" fue el lema más popular en las manifestaciones. Pero desde hoy, Barnier entró en el ojo de la tormenta, mal visto por la izquierda porque fue nombrado por Macron desafiandola y considerado por la extrema derecha de Marine Le Pen, que no le votará inmediatamente su moción de censura como primer ministro "bajo vigilancia". "Estoy bajo la vigilancia de todos los franceses", respondió el neo premier.
    En su primera jornada de actividades en el terreno, Barnier eligió visitar el Necker, el gran hospital pediátrico de París.
    Una decisión prudente porque el sector de la salud y de los hospitales es uno de aquello con más tensión.
    Respondiendo a los periodistas, se mostró cuidadoso de evitar anuncios sensacionalistas. Está preocupado por "una situación muy grave" en el país, que además se encuentra con una ley financiera por aprobar y un calendario parlamentario que se deslizó peligrosamente hacia adelante. No quiero aumentar el déficit que pesa sobre nuestras generaciones futuras -afirmó el antiguo señor europeo Brexit- ni la deuda "ecológica". "No puedo hacer milagros", añadió tras escuchar las quejas de numerosos representantes de médicos y personal sanitario, y les garantizó que seguiría "atento" a sus necesidades.
    Por la mañana, Barnier se reunió con la ex primera ministra Elisabeth Borne y luego almorzó con la presidenta de la Asamblea Nacional, Yael Braun-Pivet. Se habló de la composición del nuevo gobierno y del discurso programático político general. Una cita, esta última, para la que Barnier pidió tiempo pero que la mayoría de los parlamentarios quisiera anticipar lo más posible, seguramente a más tardar a finales de septiembre. 
   

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