En el segundo aniversario de la invasión, los misiles y los drones traen consigo el eco de aquel 24 de febrero de 2022 que dejó al pueblo de Ucrania y al mundo entero en incredulidad y conmoción, devolviendo el horror del conflicto al corazón de Europa.
Pero rendirse no es una opción: "Venceremos!", asegura Volodimir Zelensky. "Hemos estado luchando por esto durante 730 días" y cuando llegue la victoria, será "el mejor día de nuestras vidas", afirma el líder ucraniano que con motivo del aniversario. Recibió en Kiev a Giorgia Meloni, Ursula von der Leyen, Alexander De Croo y Justin Trudeau y firmó acuerdos de seguridad con Italia y Canadá. "Debemos hacer todo lo posible para que 2024 sea un año decisivo para restablecer la seguridad", insistió junto a los otros líderes.
Pero el día del aniversario, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, también llegó a Ucrania para visitar a las tropas del Kremlin que han mantenido abierto el frente de guerra durante dos años. Como para marcar el territorio, para afirmar que esa tierra ya no es ucraniana y que efectivamente, ahora "la ventaja pertenece al lado ruso".
Las palabras de Shoigu surgen de la confianza acuñada por las últimas noticias procedentes del frente, que últimamente atestiguan resultados favorables a los invasores, principalmente la conquista de Avdiivka. A pesar de las enormes pérdidas en las filas de las fuerzas de Vladimir Putin. De hecho, según la inteligencia británica, al menos 350.000 soldados rusos han muerto o han resultado heridos en el frente en dos años.
Al final, la "luz" triunfará sobre las "oscuridades", sin embargo, el jefe de las fuerzas armadas ucranianas, Oleksandr Syrsky, está convencido. Para acelerar la llegada de la victoria, las fuerzas de Kiev optan por el ataque. Y conmemoran el inicio de la invasión atacando una planta metalúrgica utilizada en la producción de misiles y drones en el centro-sur de Rusia, mientras que en Moscú se incendió uno de los hangares de la planta de diseño de aviones Sukhoi.
Atacar a través de la frontera es ahora una costumbre para las fuerzas ucranianas que se encuentran en dificultades en el frente debido a la falta de municiones. Occidente en Kiev celebra a los defensores, hace un llamamiento a "no desanimarse", se moviliza en torno al pueblo invadido y reitera -en la declaración del G7- "apoyo inquebrantable" a Kiev.
"unto con nuestros socios, somos totalmente capaces de poner fin militarmente a la existencia de la agresiva Federación Rusa", subraya el asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podolyak. Pero en la reunión de los Siete, Zelensky pidió que se tomaran medidas rápidamente. Mientras la guerra continúa, los civiles siguen muriendo: uno murió en un ataque a Odesa en las últimas 24 horas.
Para el Kremlin la única línea es prevalecer sobre Ucrania, que en 730 días resistió el avance ruso a pesar de todo: las bombas y el éxodo de millones de refugiados, los horrores de Bucha y Mariupol, la caída de Bakhmut y Avdiivka. Pero también el hundimiento del Moskva, las reconquistas en Járkov y la liberación de Jerson, junto a la resistencia en el Mar Negro...
Todo esto mientras se enfrentan a los retrasos en la ayuda de Occidente y a una humanidad en el frente que busca incesantemente fuerzas para seguir adelante. Ahora, por tercer año consecutivo, día tras día, Ucrania intentará escribir una nueva página en la historia del conflicto. Con una nueva contraofensiva, según lo promete Zelensky. Con una paz justa, que llegará tarde o temprano.
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