Sobre el grupo partisano ucraniano, nacido después de la invasión de 2022, informa la BBC, que recogió los testimonios de sus miembros: son hombres de carne y hueso, pero sus identidades siguen siendo secretas, al igual que sus acciones, incluso para sus familias.
"Una vez, mientras tomaba algunas fotos para espiar un sitio de las fuerzas de Moscú en la península, tuve la sensación de que alguien me estaba observando. Mi corazón latía con fuerza", dijo el Agente Uno. Porque a pesar de una meticulosa planificación, el hombre descubrió que tenía cerca a un grupo de soldados rusos. "Fue un momento terrible. Logré meterme en mi auto y fingir que tenía un problema con el volante. Y ellos, milagrosamente, no me hablaron", contó.
Atesh afirma estar recopilando información sobre los movimientos militares rusos, especialmente en Crimea pero también en otras zonas ocupadas e incluso dentro de la propia Rusia. La organización sostiene que su inteligencia ha ayudado a ataques ucranianos de alto perfil en Crimea, como los contra un barco de desembarco y un submarino rusos y un ataque contra el cuartel general de la Flota rusa del Mar Negro en septiembre de 2023.
En cambio, los blogueros militares en Rusia descartan la red como una invención online de la inteligencia ucraniana, diseñada para sobreestimar la resistencia. Pero los medios rusos describen a Atesh como una organización terrorista, prohibida por el Kremlin.
La inteligencia ucraniana afirma que la red existe y que los testimonios de sus agentes son creíbles. Entre ellos, también un hombre que dice trabajar actualmente para el ejército ruso: es el Agente Cinco, y es consciente de que su doble vida es peligrosa. "Hay mucho en juego", afirmó. "Hay que abordar todo con cuidado y cabeza. Los errores en este tipo de actividades son sencillamente inaceptables", deslizó.
Los hombres de Atesh dicen que brindan inteligencia sobre defensa aérea, depósitos, bases militares y movimientos de soldados, y a veces vigilan los sitios durante semanas. El grupo prefiere no dar detalles sobre su financiación, limitándose a decir que existen "varias" fuentes de ingresos. El Agente Dos afirma que no le pagan por su trabajo y sólo recibe un reembolso por sus gastos. Pero "es un trabajo apasionante", afirma. Y cuando en los días siguientes se sabe que se ha lanzado una redada con éxito en la zona espiada, "es el momento del que estoy más orgulloso".
Otro agente dice que "filmar a los militares de un país en guerra es un suicidio", pero el riesgo está justificado por el objetivo de poner fin a la "guerra criminal" de Rusia. Para el Agente Uno, ahora viven en "condiciones terribles" de propaganda y control en Crimea. "Pero estoy absolutamente seguro de que poco a poco nos acercamos a la liberación", confía.
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