En la Comisión de Trabajo, las fuerzas de la oposición organizaron intervenciones con el objetivo de retrasar la votación sobre la supresión lo más posible la votación de la enmienda supresiva presentada por la mayoría. Obstruccionismo que quiere mantener alta la tensión en un proyecto de ley que une a todos, desde el Partido Democrático (PD) al M5s, de Azione a Avs, pasando por +Europa.
Pero la mayoría tira para adelante, para cerrar rápidamente un partido que corre el riesgo de abrir un nuevo frente caliente antes de la pausa estival. Y la bofetada a los mejores deseos de los firmantes del pdl, viene también viene del gobierno. El viceprimer ministro Antonio Tajani es el encargado de asestarla.
"En Italia -dice- no necesitamos un salario mínimo.
Necesitamos un salario rico, porque no estamos en la Unión Soviética, donde todo el mundo tenía el mismo salario".
La declaración del líder de Forza Italia, sin embargo, no es la única flecha encendida para levantar los escudos. La disputa está en la IX Comisión, donde hoy los diputados de las oposiciones llegaron en masas. Desde los demócratas hasta los pentastelados, la voz es una: la mayoría retira la enmienda supresiva.
Una iniciativa que no impide la llegada del texto al hemiciclo el 28 de julio. Pero que acortaría considerablemente el debate en la Comisión. Quitando terreno de debajo de los pies de los oponentes. Para la diputada demócrata Cecilia Guerra, la enmienda represora "es un mensaje de defensa, temen que esta propuesta pueda ganar consenso en el país".
"No tendría sentido dejar que se salgan con la suya, además porque el centroderecha está bastante metido en este tema", comentó alguien en Transatlántico.
El presidente de la Comisión, Walter Rizzetto, de Hermanos de Italia (Fratelli d'Italia), no se inmuta frente al obstruccionismo. Considera como "legítimo" el deseo de la oposición de prolongar el debate. "Pero tenemos que llegar tarde o temprano a la votación de estas enmiendas -añade- que paradójicamente también podría ser incluso antes del fin de semana".
Tras la mañana de discursos, todos esperan la convocatoria para el día siguiente. Y, en cambio, Rizzetto programa el debate por la tarde para acelerar. Y las oposiciones, temiendo el asalto nocturno, levantan las barricadas.
La secretaria del partido demócrata, Elly Schlein, tras invitar desde Bruselas a la primera ministra, Giorgia Meloni, a "no dar la espalda a los trabajadores", llega a Montecitorio y prepara su intervención en la Comisión para reiterar que "por debajo de 9 euros la hora" se habla de "explotación" y que la única vía es que la mayoría "retire la enmienda supresiva y entrar en el fondo".
Entre los grandes nombres toman la palabra también Angelo Bonelli de Avs. El presidente de los M5s, Giuseppe Conte, primer firmante del pdl, prefiere seguir de cerca a su grupo y encomienda el comentario a las redes sociales: "seguiremos luchando por casi 4 millones de trabajadores que no ganan ni 9 euros la hora".
Mientras los líderes opositores atacan y esperan alargar la discusión, el propio Rizzetto abre otro frente.
"Es una propuesta -dijo- que no tiene respaldo económico".
La referencia es al art. 7, donde se establece que "la ley de presupuesto define un beneficio a favor de los empleadores, por un tiempo determinado y en un monto progresivamente decreciente, proporcional a los aumentos de salario".
El Partido Demócrata no está ahí y responde: "Rizzetto se agarra a un clavo ardiente, el texto no requiere cobertura".
Pero la ventisca de declaraciones se desata con la frase de Tajani sobre la URSS. "Ha dicho una imbecilidad", dice el secretario de Acción Calenda. "Le invitaría a leer el texto de la propuesta", añade el líder de SI, Nicola Fratoianni.
"De Tajani ignorancia y tonterías", presiona la diputada del M5s Chiara Appendino. "Argumentación que ni en un bar", comenta el presidente del PD Stefano Bonaccini
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