Se trata de una joya de la tecnología. El puente, que costó a Moscú 3.700 millones de dólares, es de casi 19 kilómetros de longitud, está formado por un doble viaducto, tanto carretero como ferroviario, y es la única conexión terrestre entre la península anexada en 2014 y la región de Krasnodar en Rusia.
Es el puente más largo de Rusia y Europa y cuenta con soluciones de ingeniería vanguardista diseñado para domar las poderosas corrientes del fondo del estrecho que es, además, muy fangoso.
La apertura al público con gran pompa tuvo lugar el 15 de mayo de 2018 en presencia del propio presidente ruso Vladimir Putin, quien condujo un camión a través del tramo dedicado al tránsito vehicular.
Terminado seis meses antes de lo previsto marcha, el puente siempre haba sido un sueño de los líderes de la Kremlin, ya de la época zarista, para conectar la península con la madre patria.
Su construcción permitió a Moscú tener control total sobre las aguas del Mar de Azov y el tránsito en estas áreas a través del Estrecho de Kerch. Es una línea logística crucial para Moscú, especialmente a partir del 24 de febrero de 2022, para facilitar el tránsito de armas, municiones pero también suministros de combustible a las zonas calientes del conflicto, especialmente en la región de Jerson, reduciendo varias veces los tiempos en comparación con los ferries, que en invierno se enfrentan a condiciones prohibitivas de navegación con feroces vientos y el mar impetuoso.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA