"Más seguro, más verde, más libre", es el lema con el que la presidencia sueca conducirá a la UE desde aquí a finales de junio, lo que entrega una primera pista sobre uno de los primeros desafíos que Europa se prepara a afrontar, el de un Viejo Continente que vuelve a ser competitivo en el mercado global.
Es un desafío complejo, articulado y debilitado desde el principio, al menos en los primeros pasos por las dificultades que ya se vislumbran para llegar a un acuerdo entre los 27. Sin embargo, la presidenta de la Comisión europea, Ursula von der Leyen, ya se ha mostrado decidida a poner sobre la mesa un avance que toma inspiración de la respuesta europea a la ley de inflación estadounidense y que tiene un primer objetivo a corto plazo: hacer que el régimen de las ayudas estatales sea más fácil para las empresas verdes.
La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Joe Biden ha puesto a Europa ante un panorama sombrío: verse a sí misma bloqueada por una parte del mercado estadounidense con una ley que prevé incentivos 'verdes' sobre todo para las empresas extranjeras. Allí, la reacción de Bruselas fue vehemente, un grupo de trabajo ad hoc fue enviado por la UE y Estados Unidos para encontrar una solución.
El pasado 29 de diciembre se dieron a conocer los nuevos lineamientos brindados por la IRA. Bruselas lo ha considerado un paso adelante, pero sigue existiendo el riesgo de que los fabricantes europeos de vehículos limpios queden discriminados en el mercado estadounidense. Es a partir de este nodo que la Comisión plantea una estrategia.
Dos etapas principales con medidas previstas: un nuevo régimen de ayudas estatales en las próximas semanas y un Fondo de Soberanía Europeo que Von der Leyen propondrá para plasmarlo en el verano boreal.
La presidencia sueca ha incluido entre sus 4 prioridades precisamente el de la competitividad. "Fuerza, resiliencia y la posición global de Europa depende de la nuestra producción económica, que está íntimamente ligada al mercado único y oportunidades comerciales globales", se lee en el cronograma de Estocolmo. En la primera visita del primer ministro sueco Ulf Kristersson, el pasado 3 de enero, fue a Francia, que está entre los países de la primera fila para un impulso hacia la soberanía económica europea. "Necesitamos una estrategia hecha en Europa para dar a nuestra respuesta al cambio mundial y a la política voluntarista de los Estados Unidos, lo cual es completamente legítimo", dijo el presidente francés, Emmanuel Macron. Invocando a uno de los muchos aspectos relacionados con el desafío de la competitividad de la UE, emerge la búsqueda de reequilibrar las relaciones económicas con China.
La estrategia de más subvenciones a la industria europea no es muy querida por todos. El riesgo -al que los países prestan atención, como Italia- es a que se puede beneficiar a aquellos países con mayor espacio fiscal, sobre todo Alemania.
Von der leyen, junto con los comisarios responsables Margrethe Vestager y Thierry Breton, estarán llamados a moverse como equilibristas. De lo contrario el Fondo Europeo de Soberanía no podría garantizar los 27 "la igualdad de condiciones" que quieren todas las capitales.
Ciertamente, la respuesta europea a Estados Unidos estará calibrada en el Tratado Verde, paralelo a la búsqueda de una cada vez mayor autonomía energética.
El tema estará en el centro de la primera reunión entre la Comisión de la UE y la presidencia sueca el próximo jueves. La cumbre se llevará a cabo en Kiruna, en el extremo norte de Suecia. "Una ciudad a la vanguardia de la innovación, la investigación espacial y la transición ecológica", subrayó Estocolmo.
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