El Centro europeo para la prevención y el control de las enfermedades (ECDC) actualizó los números justo en el día en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó un plan estratégico global que prevé inversiones por 135 millones de dólares.
En tanto crece la preocupación por la epidemia en curso en la República Democrática del Congo, prosigue el estudio sobre la nueva cepa viral, Clade I, considerada más peligrosa que la que provocó la epidemia de 2022 y capaz de afectar a los niños.
La viruela del mono es una patología infecciosa causada por un Orthopoxvirus, un virus similar al que causa la viruela (del que se diferencia por menor difusividad y gravedad).
Desde noviembre de 2023, figura -recordó el ECDC- "un aumento del número de personas infectadas por el virus" y la casi totalidad de los casos, 19.667, fueron señalados en la República Democrática del Congo.
Más recientemente, "tales infecciones fueron señaladas en otros países en Africa". Y, cosa más preocupante, en las últimas semanas fueron detectados incluso dos casos importados: en Suecia (el 15 de agosto) y Tailandia (el 22 de agosto).
Números que llevaron a la OMS, el pasado 14 de agosto, a declarar la emergencia sanitaria internacional. Y ahora a lanzar un Plan estratégico global de preparación y respuesta al Mpox.
Los pilares son la prevención mediante las vacunas, el control de la transmisión gracias a la sensibilización de las comunidades y una respuesta a la enfermedad basándose en precisas directrices.
El plan, "sujeto a contribuciones de los Estados miembros y cubre el período de seis meses desde setiembre de 2024 a febrero de 2025", prevé un presupuesto de 135 millones de dólares.
"Las epidemias de Mpox -declaró Tedros Adhanom, director general de la OMS, apelando para hallar los financiamientos necesarios- pueden ser controladas y detenidas. Para hacerlo es necesario un plan de acción completo y coordinado entre agencias internacionales y socios nacionales y locales, sociedades civiles, investigadores, productores y Estados miembros".
. El ECDC confirmó que en Europa a nivel de riesgo evaluado para la población general "permanece invariable" y es considerado "bajo".
En Italia "hasta el momento la situación está bajo control", y "no se señalan casos de Clade I", ligados al nuevo foco epidémico, explica la circular publicada el 19 de agosto por el ministerio de Salud, que días atrás reforzó la red de supervisión diagnóstica y anunció una mesa interministerial sobre este tema.
La vigilancia especial sigue siendo Clade I, una cepa que no está claro que puede responder a las vacunas disponibles. A estudiar las particularidades de esto figura un equipo de estudio de La Jolla Institute for Immunology (LJI), p de la Universidad de San Diego, California.
La cepa Clade I, explicó Alessandro Sette, codirector del Centro para la innovación de las vacunas LJI, "causa en general casos más graves y decesos respecto al Clade II, además parece ser más transmisible mediante el contacto de piel a piel y se difundió ampliamente en personas de edades inferiores a los 15 años".
En tanto, la epidemia de Mpox de 2022, causada por el subgrupo Clade II, se observa principalmente en hombres que tenían relaciones sexuales con hombres.
Así, precisó, "la situación está evolucionando rápidamente".
Estudiar la evolución del Clade I, está incluso en manos de investigadores del Campus Bio-Medico de Roma, que estiman una tasa de mortalidad de alrededor del 10%, pero también una tasa de evolución muy lenta.
"Sigue siendo crucial -subrayó Massimo Ciccozzi, profesor titular de Epidemiología del Campus- continuar verificando los genomas para observar su evolución".
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