Primero, el anuncio de una cuestión para aclarar la gestión económica de la dirección Insights, encabezada por Paolo Corsini, cercano a Fratelli d'Italia (Hermanos e Italia), el partido de Giorgia Meloni; luego una nota para atacar nuevamente a este último, junto con la directora de la Oferta Informativa, Mónica Maggioni, por las opciones de cobertura de la votación en Francia, con la defensa, al mismo tiempo, del director general Roberto Sergio.
Una postura clara, quizás inesperada, que parece haber provocado un fuerte descontento incluso en Viale Mazzini. No era ningún misterio que la Liga quisiera marcar su territorio con vistas a la renovación de la alta dirección, pero que decidiera pasar al ataque de esta manera no era un hecho.
Al día siguiente de la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas, que mantuvieron en vilo a toda Europa, estalló en Italia una nueva polémica en torno a la RAI, que fue acusada de haber ocultado la derrota del partido de derecha de Marine Le Pen.
El Usigrai, el sindicato interno de la red pública, denunció que el servicio público de información, ni bien se conocieron los primeros sondeos de boca de urna, "no hizo nada para informar en forma tempestiva sobre lo que estaba ocurriendo con un voto que habla directamente sobre el futuro de Europa".
Ahora, la pregunta de la Liga dirigida a la Comisión de Vigilancia se refiere a "preocupaciones y peticiones de aclaración sobre la gestión de los costes incurridos por el Departamento de Investigación" y pide "saber cuál es el importe total gastado en los últimos cinco años".
Hay quienes en la Comisión señalan que la gestión aún no ha cumplido cinco años y que la referencia a los costes podría ser el elevado número de primeros usos, como por ejemplo los números de IVA. Parece, sin embargo, que a la Liga no le gustaron algunas opciones de programación tomadas por Corsini y el director de noticias, Angelo Mellone, tambiénmiembro de FdI, y decidió lanzar un contraataque.
Cualquiera que sea el "casus belli", para muchos está claro que se trata de escaramuzas de cara a la fase final de las negociaciones para la renovación del consejo de administración.
De hecho, parece que la reunión decisiva entre Giorgia Meloni y el ministro Matteo Salvini (La Liga), junto con el canciller Antonio Tajani (Forza Italia), podría tener lugar la próxima semana. La premier, a pesar de los rumores sobre algunas dudas sobre la elección de Giampaolo Rossi como próximo director general, debería confirmar el plan previsto, asignando la presidencia a Simona Agnes, patrocinada por Forza Italia.
La Liga se siente infrarrepresentada y exige alguna compensación, como la del director general, pero los aliados no parecen compartir la misma opinión. Si se llegara a un acuerdo, este podría avanzar incluso antes de las vacaciones de verano; de lo contrario, todo se pospondría hasta la reanudación de la actividad parlamentaria. Mientras tanto, la oposición ataca. "La RAI está fuera de control. En el gobierno todos están contra todos, en Tele-Meloni todos están contra la dignidad de los periodistas y contra el servicio público. Un desastre que nadie parece poder detener", braman desde el Partido Demócrata (PD).
Los demócratas siguen pidiendo la dimisión del director de RAI-news, Paolo Petrecca, por la gestión del caso Francia, que se debatirá la próxima semana en el Comité de Vigilancia. El director general, Roberto Sergio, envió ayer un informe a la presidenta Bárbara Floridia para señalar que las acusaciones y reconstrucciones en la prensa eran falsas y que había habido una amplia cobertura del hecho.
"La atención y el compromiso con el que los periodistas de la RAI siguieron las elecciones francesas de la semana pasada son una demostración de cuán fiel es el Servicio Público a su tarea de informar al público, más allá de controversias inútiles y engañosas", escribió hoy el director general en una nota conjunta con Rossi. Mientras tanto, Usigrai informa que el Tribunal Laboral de Roma ha reconocido que el 6 de mayo, día de la huelga de periodistas, la RAI tuvo un comportamiento antisindical.
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