El mandatario dio un discurso en la Casa Blanca para manifestar que "es hora de que esta guerra termine", y se dirigió, en particular, a la facción islámica palestina tras meses de presiones sobre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El Estado judío, anunció Biden, "propuso a Hamás una hoja de ruta para un alto el fuego".
La propuesta, explicó, consta de tres fases: la primera, de seis semanas de duración, con "un alto el fuego total y completo, la retirada de las fuerzas israelíes de todas las zonas pobladas de Gaza y la liberación de un determinado número de rehenes, entre ellos mujeres, ancianos, personas heridas a cambio de cientos de prisioneros palestinos".
Así, los civiles palestinos podrán regresar a sus hogares y barrios en todas las zonas de Gaza, incluido el norte, prosiguió el presidente estadounidense, quien, además, se encargó de subrayar que aumentarán las ayudas humanitarias.
En cuanto a la segunda etapa, se "prevé el cese definitivo de las hostilidades en base a las negociaciones que tendrán lugar en la primera fase".
Por último, la fase tres, en la que se iniciará "un importante plan de reconstrucción" de la Franja.
El acuerdo, añadió el jefe de la Casa Blanca, "llevará a todos los rehenes a casa, hará que Israel sea seguro y creará un mejor gobierno para Gaza sin Hamás en el poder".
"El pacto sienta las bases para una solución política que ofrezca un futuro mejor para ambos, los israelíes y los palestinos", dijo.
Un camino claro, en opinión de Biden, que parece obligar a Hamás a dar una respuesta igualmente clara.
Netanyahu confirmó que había autorizado al equipo negociador a "presentar un plan para lograr la liberación de los rehenes", pero la oficina del primer ministro precisó que "la guerra no terminará hasta que se alcancen todos los objetivos", incluida "la eliminación de los milicianos y del gobierno de Hamás".
La intervención del presidente estadounidense se produjo el mismo día en que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron por primera vez, después de semanas de combates, que se habían trasladado al centro de Rafah.
El portavoz militar habló de una "evolución" gradual en la batalla en curso en la ciudad más meridional de Gaza.
La operación también afecta al "Corredor Filadelfia", la franja de tierra que bordea la frontera con Egipto en Gaza, ahora bajo control israelí y donde la presión está aumentando.
El objetivo del ejército, explicó el portavoz, es erradicar las estructuras de Hamás también con fuerzas especiales que actúan con operaciones "dirigidas" desde las afueras del centro.
Por lo tanto, Rafah sigue siendo un centro estratégico no sólo desde el punto de vista militar sino también, en su cruce, para la entrada de ayuda humanitaria en el enclave palestino.
Egipto denunció que Israel rechazó camiones con ayuda para Gaza enviados desde Egipto en el cruce de Kerem Shalom, donde se realizan controles de seguridad.
El motivo, según fuentes de El Cairo, sería la reanudación de los enfrentamientos armados entre Israel y Hamás en la zona y cerca de Rafah del lado palestino.
Las mismas fuentes añadieron que los empleados de la terminal de Rafah en el lado egipcio confirmaron el regreso, por ese motivo, de decenas de camiones con ayuda humanitaria a los almacenes logísticos.
Sobre el tema, mañana podría haber una reunión tripartita entre Egipto, Israel y Estados Unidos en El Cairo para acordar una breve reapertura del cruce.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseveró que la situación humanitaria de la población de Gaza sigue siendo desastrosa y definió el cierre del paso fronterizo de Rafah como "un gran problema".
En el día 283 de la guerra, las Brigadas Qassami -brazo militar de Hamás- difundieron un nuevo vídeo con la voz grabada de Noa Argamani, una niña secuestrada el 7 de octubre en el festival Nova de Beeri y, desde entonces, cautiva en Gaza.
Se trata de un video definido por Israel como propaganda, pero que empujó a las familias de los rehenes a pedir con más insistencia un acuerdo.
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