La prensa egipcia escribe esto y en particular Ahram online, que en un reportaje ilustra la trágica situación en la mitad palestina de la ciudad.
"Israel no ha declarado públicamente que se abstendrá de deportar a los habitantes de Gaza a Egipto -afirma en el informe el periodista Nidal Khadra- y se teme que tenga la intención de emprender deportaciones forzosas después de haber hecho insostenibles las condiciones de vida en Gaza. Esa es la intención de salir" porque "la población no tiene otra alternativa que buscar refugio en Egipto".
En una declaración citada por Ahram, el Ministerio de Asuntos Exteriores palestino afirmó que Israel, "reconociendo que el tiempo se acaba, está intensificando los ataques, con el objetivo de destruir lo que queda del norte de la Franja de Gaza y eliminar a los sobrevivientes".
Mientras tanto, Rafah, ciudad fronteriza bajo jurisdicción de la Autoridad Palestina (ANP), situada a unos 107 kilómetros al suroeste de Jerusalén, la ciudad más grande de la Franja en la frontera con Egipto que alguna vez acogió a 300.000 personas, aglutina ahora a más de dos millones, lo que implica, aproximadamente, el 90% de los residentes de la Franja.
Sus calles -dice el portal Ahram- "están llenas de tiendas de campaña que acogen a refugiados y las aceras están repletas de gente". Miles de residentes de Gaza llegaron a Rafah en coche, camión, carro de animales y a pie.
Ante la falta de espacio disponible en los refugios ya congestionados, han instalado tiendas de campaña a lo largo de los bordes de las carreteras, tantas que -según afirma la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos- físicamente no hay más espacio.
Algunas personas duermen en sus coches, otras al aire libre, y el número crece cada día. Moverse es prácticamente imposible. Los servicios llevan colapsando desde hace algún tiempo.
De fondo -observa Ahram online- el miedo a un nuevo éxodo como el del 48, cuando a los palestinos exiliados no se les permitió regresar.
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