Los jueces y fiscales que ayuden a los terroristas serán considerados terroristas, advirtió hoy el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, que también desafió a los criminales y dijo que enfrenten al ejército "si tienen valor", en medio de una creciente ola de violencia en el país que causó al menos 11 muertes.
"Si quieren resistirse y hacer alarde, sean valientes y peleen contra los militares", dijo Noboa, a las bandas criminales que fueron catalogadas como "organizaciones terroristas" y reveló que más de 200 mil personas integran esas asociaciones ilícitas.
"No vamos a ceder. No vamos a dejar que la sociedad se muera lentamente. Hoy los vamos a combatir y a dar soluciones", señaló el mandatario. Sobre las 22 bandas criminales ahora consideradas terroristas tras un decreto de su Gobierno, Noboa reiteró que "son objetivos militares".
"Las Fuerzas Armadas están a cargo de la estrategia para enfrentarlos y que, al ser consideradas terroristas, aplican otras condiciones en el enfrentamiento", sentenció.
Asimismo, sostuvo que los jueces que ayudan con sus resoluciones a las bandas de crimen organizado también se considerarán parte de ese grupo terrorista. "Nosotros consideraremos a los jueces y fiscales que apoyen a líderes identificados de estos grupos terroristas como parte del grupo terrorista", dijo.
Según la Policía Nacional, unas once personas han fallecido, cuatro se reportaron en el distrito Esteros, cuatro más en Pascuales, dos en Florida y uno en Estero.
No obstante, según el periódico El Diario, el saldo de la violencia provocada por bandas criminales se eleva a 13 muertos, varios heridos y 70 detenidos, especialmente en la provincia ecuatoriana de Guayaquil. El periódico indica que Guayaquil fue efectivamente el epicentro de la violencia, con 29 ataques a edificios, entre ellos cinco hospitales y el canal público TC Televisión, atacados por "un grupo de terroristas" que luego fueron detenidos.
La ola de violencia disparada por la abrupta irrupción de grupos criminales tras la fuga de alias Fito de la cárcel de Guayaquil motivó al Gobierno nacional a decretar el estado de excepción y un estado de conflicto armado interno.
La declaratoria de estado de excepción restringe varios derechos ciudadanos. De momento se aplica toque de queda a nivel nacional, que tendrá una duración de 60 días, desde las 23:00 a las 05:00 (hora local), de lunes a domingo, y que deberá finalizar el 8 de marzo, a menos de que las autoridades decidan extenderlo.
En medio de la agitación, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana hizo un llamado de paz a través de sus redes sociales en el que afirmó que "la violencia no prevalecerá" y llamó a la unión de todos los ciudadanos.
"Ecuatorianos, es tiempo de unirnos, no de dividirnos, es tiempo de luchar juntos, no de luchar unos contra otros, es hora de la fraternidad, es hora de la PAZ", manifestó la institución en el mensaje público. La cumbre de obispos afirmó que "la violencia no prevalecerá".
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