(ANSA) TEL AVIV - Las tropas israelíes entraron en el Líbano, cubiertas por ataques aéreos. Por ahora se trata de una operación "limitada" destinada a destruir la infraestructura militar de Hezbolá.
El anunció oficial sobre el ingreso de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), que todos esperaban lo hizo el Departamento de Estado norteamericano, después de que Israel informara a Washington de sus intenciones.
Poco después, la prensa israelí divulgó que el gabinete de Seguridad aprobó "la siguiente fase de la operación en el Líbano", es decir, la operación terrestre.
Durante la reunión del Gabinete, los ministros protestaron por los informes de Estados Unidos sobre la medida, después de haber recibido una actualización de Israel.
Algunos ministros - informó Ynet - pidieron una explicación de por qué el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se refirió a la maniobra incluso antes de que comenzara el debate. La respuesta fue que Daniel Hagari tuvo que intervenir debido a los rumores en los medios extranjeros.
Al mismo tiempo, los medios libaneses, incluido Al Manar TV, cercano al Partido de Dios, dieron a conocer sobre bombardeos de artillería cerca de las localidades fronterizas de Wazzani, Khiyam, Alma el Chaab y Naqura.
Y en un comunicado, Hezbolá sostuvo que sus milicianos dispararon contra las tropas israelíes que realizaban "movimientos" en la frontera libanesa.
Según la milicia apoyada por Irán, atacaron a un grupo de soldados israelíes que se encontraban "en un huerto" frente a las localidades libanesas de Adaisseh y Kafr Kila, "causando bajas".
Por otra parte, densas columnas de humo se elevan desde las afueras del sur de Beirut después de repetidos ataques aéreos llevados a cabo por aviones de guerra israelíes, mientras la prensa libanesa habla de intensos bombardeos también en el sur de Líbano.
Los aviones de guerra israelíes han realizado siete ataques aéreos en Beirut, según informó el ministerio de Información libanés, según el cual los ataques se concentraron en las afueras del sur de la capital.
La muerte de Hassan Nasrallah "es un paso importante, pero no será el último", el próximo paso en la guerra contra Hezbolá "comenzará pronto", advirtió poco antes el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, mientras sobre el terreno los ataques multiplicaron las señales de una operación "inminente".
Por la tarde, las FDI declararon las zonas fronterizas de Metula, Misgav Am y Kfar Giladi "zona militar cerrada", mientras que al otro lado de la Línea Azul las fuerzas de paz de la FPNUL, entre ellas un millar de italianos, se vieron "obligadas" a detener las actividades de patrullaje, como anunció la ONU.
El ejército regular de Beirut abandonó sus posiciones cerca de la frontera sur y se retiró 5 kilómetros.
El gobierno israelí de Benjamín Netanyahu aseguró a su aliado estadounidense que se tratará de una acción "más contenida" de lo previsto inicialmente (y de aquella de 2006), destinada a eliminar la amenaza de Hezbolá, que sigue lanzando cohetes y misiles hacia el norte de Israel.
En Washington, sin embargo, la idea de enviar tropas de Netanyahu al Líbano, incluso para una operación limitada, no parece haber sido bien recibida.
"Lo sé, pero me gustaría que se detuvieran", había dicho apenas unas horas antes el presidente estadounidense, Joe Biden, relanzando un llamamiento a un alto el fuego.
El Pentágono decidió enviar algunos miles de tropas a Medio Oriente, en su mayoría aviones de combate, para reforzar la seguridad de las fuerzas estadounidenses en la zona.
Incluso Francia -con la visita del nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, a Beirut para reunirse con el primer ministro, Najib Mikati, y los demás dirigentes del Estado- había invitado a Israel a "abstenerse de cualquier incursión terrestre" y a cesar las hostilidades, y a "Hezbolá a hacer lo mismo", recordando que la propuesta franco-estadounidense lanzada en la ONU para una tregua de 21 días "sigue sobre la mesa". Pero, advirtió Barrot, "queda poco tiempo".
La operación terrestre, de hecho, está preparada desde hace algún tiempo: según fuentes israelíes citadas por el Wall Street Journal y NBC News, las fuerzas especiales de las FDI ya llevaron a cabo, tanto recientemente como en los últimos meses, acciones relámpago en territorio libanés, hasta entrar en túneles a lo largo de la frontera, con el objetivo de recoger información sobre las posiciones y capacidades de Hezbolá en vista de un ataque terrestre.
Huérfano de Nasrallah y lidiando con la sucesión del líder y la delicada organización de su funeral, Hezbolá hace alarde de confianza: "Estamos dispuestos a enfrentarnos a los soldados israelíes si invadieran el Líbano", advirtió el número dos del partido de Dios, Naim Qassem, asegurando que "Israel no logrará alcanzar sus objetivos".
Irán también prometió venganza: "La sangre del mártir Nasrallah acelerará la caída del régimen israelí y de sus líderes", amenazó el general Abdolrahim Mousavi, comandante en jefe del ejército de la República Islámica.
Pero el régimen de los ayatolás, puesto a prueba desde hace meses por las acciones más o menos directas de Israel, sin contraataques importantes, ya anticipó que no enviará sus soldados al Líbano ni a Gaza.
"Las naciones de la región, así como las resistencias en el Líbano y Palestina, tienen suficiente fuerza y ;;capacidad para defenderse", afirmó el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Nasser Kanani, negando al mismo tiempo que Teherán sea el maniobrador de las milicias chiítas en la zona, desde Hezbolá en el Líbano, hasta Irak, pasando por Yemen con los hutíes, que tras los ataques aéreos del domingo sobre Hodeida anunciaron que querían intensificar sus ataques contra Israel.
Precisamente a los civiles iraníes se dirigió Netanyahu en un inusual mensaje en vídeo "al noble pueblo persa", prometiéndoles que el país será "libre antes de lo que la gente piensa" y que ese día "nuestros dos pueblos antiguos, el pueblo judío y el pueblo persa finalmente estará en paz".
"En cada momento, el régimen nos acerca al abismo", añadió el primer ministro israelí, asegurando una vez más que "no hay lugar en Medio Oriente al que Israel no pueda llegar". Mientras tanto, los aviones de las FDI siguen bombardeando el País de los Cedros, no solo en el sur del Líbano o en las afueras de Beirut, un bastión de las milicias chiítas: en la noche entre el domingo y lunes, un raid atacó el centro de la capital, destrozando dos plantas de un edificio en el barrio de Kola y matando -según el ejército- al líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Nadal Abdel-Alel, junto a otros dos líderes de la formación.
En un ataque en el sur, en cambio, murió el líder de Hamás en el Líbano, Fateh Sherif Abu el-Amin.
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