El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó oficialmente la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza en la inauguración de la reunión del G20 en Río. Esta iniciativa, afirmó Lula, comienza en Río "pero tiene un destino global".
Con poco más de una hora de retraso respecto a lo establecido, comenzó la primera sesión de trabajo de la cumbre, dedicada a la discusión de la Alianza para luchar contra el hambre y la pobreza, bandera de la presidencia brasileña. El proyecto -que pretende erradicar el hambre y la pobreza en el mundo de aquí a 2030- pretende desarrollar y financiar políticas para combatir la desnutrición con modelos diferentes para cada región del mundo. El acuerdo ya ha recibido las firmas de 81 países de los cinco continentes, la Unión Europea y la Unión Africana, nueve instituciones financieras globales y 31 ONG de todo el mundo.
Tras la negativa inicial, la Argentina de Javier Milei firmó el documento de adhesión a la Alianza Global contra el Hambre propuesto por la presidencia brasileña del G20. En el documento, Buenos Aires aclara, sin embargo, que unirse a la Alianza "no implicará la adopción de programas y políticas específicas" y que seguirá "un enfoque liderado por el mercado". El gobierno de Milei también subraya que "la Agenda 2030, invocada en el Documento de Lanzamiento de esta Alianza, es un conjunto de objetivos jurídicamente no vinculantes que cada Estado nacional, en el ejercicio de su soberanía, tiene derecho a interpretar y perseguir libremente".
"El intento de utilizar esta agenda multilateral como herramienta para promover políticas específicas entra en tensión con la libertad de las naciones, con los derechos individuales de sus miembros e incluso con la agenda misma, que debe entenderse de manera que respete las políticas y prioridades nacionales", señala el documento argentino.
"Según la FAO, en 2024 viviremos con 733 millones de personas todavía desnutridas. Es como si las poblaciones de Brasil, México, Alemania, Reino Unido, Sudáfrica y Canadá juntas murieran de hambre. Son mujeres, hombres y niños cuyo derecho a la vida, la educación, el desarrollo y la alimentación se violan diariamente en un mundo que produce casi 6 mil millones de toneladas de alimentos al año, esto es inaceptable. En un mundo cuyo gasto militar asciende a 2,4 billones de dólares, esto es inaceptable", afirmó Lula al presentar au propuesta.
“El hambre y la pobreza no son resultado de la escasez o de fenómenos naturales. Como dijo el científico y geógrafo brasileño Josué de Castro, 'el hambre es la expresión biológica de males sociales'. Es producto de decisiones políticas que perpetúan la exclusión de gran parte de la población", amplió. El líder brasileño sostuvo luego que "el G20 representa el 85% del PIB mundial de 110 billones de dólares. También representa el 75% de los 32 billones de dólares de comercio de bienes y servicios y dos tercios de los 8 mil millones de habitantes del planeta".
"Esta mesa - continuó el presidente brasileño - tiene la tarea inevitable de poner fin a este flagelo que avergüenza a la humanidad. Por eso hemos fijado el lanzamiento de una Alianza global contra el hambre y la pobreza como objetivo central de la presidencia brasileña del G20. Este será nuestro mayor legado". Según Lula, 81 países, 26 organizaciones internacionales, nueve instituciones financieras y 31 fundaciones filantrópicas y organizaciones no gubernamentales ya se han sumado a la Alianza.
El documento final, aun en tensa discusión
La Cumbre del G20 comienza en Río de Janeiro, con los líderes de las mayores economías del mundo, la Unión Europea y la Unión Africana, e incluso el Vaticano, en un escenario de intensos debates sobre cuestiones globales cruciales, como las guerras en Ucrania y la Franja de Gaza.
Sin embargo, a pesar de los intentos del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de alinear una posición común, todavía no hay consenso entre los países sobre la declaración final. Y los equipos diplomáticos siguen negociando.
Las diferencias radican principalmente en el lenguaje utilizado para abordar los conflictos internacionales, después de que Rusia lanzara el pasado domingo su mayor ataque en meses contra Ucrania, matando a 11 personas, entre ellas dos niños. Al mismo tiempo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que llegó anoche a Río, autorizó a Kiev a utilizar misiles de largo alcance contra Rusia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, no asistirá a la Cumbre del G20 debido a una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) por presuntos crímenes de guerra relacionados con la deportación ilegal de niños.
Los países del G7 - Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido - pidieron a Brasil que considere la posibilidad de reabrir las negociaciones sobre el documento final de la reunión.
"Todo se volvió más tenso", afirmó una fuente del gobierno de Lula interrogada por el diario O Globo. Por ahora, la decisión de reabrir el debate está en manos del presidente.
El presidente argentino, Javier Milei, también defiende la condena a la ofensiva rusa y discrepa de la propuesta brasileña sobre el conflicto en la Franja de Gaza y la Agenda 2030.
No está previsto que participe este lunes en el lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, iniciativa liderada por Lula. Argentina es el único país del G20 que no firma la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, el primer capítulo de discusión en la cumbre de líderes. Ochenta países y 60 organizaciones ya han formalizado su membresía. Así lo informó CNN Brasil basándose en fuentes diplomáticas.
Milei podría dar un desplante en la cita y no firmar el documento final, si hay puntos que no satisfacen su línea ideológica ultraliberal.
Así lo adelanta la prensa de Buenos Aires, basada en adelantos de cercanos colaboradores del presidente. "Si el texto diplomático final del G20 violenta su perspectiva personal e ideológica sobre la agenda del desarrollo sustentable, el cambio climático, la guerra en Ucrania y la crisis en Medio Oriente, no firmará el comunicado del G20 y habrá una crisis inesperada en el foro multilateral", advierte el portal Infobae.
"El presidente argentino considera que el G20 cumple un papel en el tablero internacional, pero exige que Brasil no use la agenda del G20 para fortalecer su política doméstica en detrimento de los intereses permanentes de todos los socios de la cumbre multilateral", añade el sitio.
El presidente de Brasil, junto a otros países, busca un consenso en torno a una agenda centrada en la lucha contra la pobreza y el hambre y, en ese sentido, impulsa la creación de un impuesto a los "súper ricos", el desarrollo sustentable con políticas sobre el cambio climático y la igualdad de género.
La diplomacia de Brasil trabaja en el documento final en "una narrativa emparentada con la Agenda 2030, una línea roja que Milei no quiere franquear", comenta en su edición de hoy La Nación.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA