"La combinación de altas temperaturas, escasas precipitaciones, altos procesos de evaporación, imposibilidad de alcanzar ríos llenos y llanuras inundadas crea un círculo vicioso" que conducirá a la inevitable destrucción del bioma "si el mundo no logra revertir el escenario de calentamiento global", afirmó la funcionaria.
A las cuestiones medioambientales y climáticas se suman las delictivas. "Cada año se pierde vegetación por deforestación o incendios que dañan toda la cuenca y por eso, según los investigadores, hacia finales de siglo podríamos perder la llanura inundada más grande del planeta", planteó Silva.
"Según los pescadores, si el mismo fenómeno continúa con relación al Pantanal, el diagnóstico es que podríamos perder el Pantanal al final del día. Esto tiene un nombre: baja precipitación, alto proceso de evaporación-transpiración, no lograr la cantidad justa de agua, ni siquiera de los ríos, ni de los aviones inundados", graficó la ministra.
Y sostuvo que, ante estos hechos, será necesario ampliar -cada vez más- los esfuerzos y acciones para combatir las consecuencias del cambio climático. La ministra defendió, además, que el Congreso cree un marco regulatorio de emergencia climática, que excluya del objetivo fiscal del gobierno federal las condiciones relacionadas con los recursos gasíferos.
En agosto, Brasil registró el mayor número de incendios desde 2010. Según el Instituto Nacional de Investigaciones Especiales (Inpe), se registraron 68.635. De acuerdo con ese ente, más del 80% de los incendios ocurrieron en el Amazonas.
La marca se encuentra en el quinto nivel, desde el inicio de la recolección de estadísticas del Inpe, durante el período.
Y las cifras también son superiores a las totales observadas en agosto de 2023.
Estos no son los únicos fenómenos climáticos que ocurren en Brasil. Según el Centro Nacional de Monitoreo de Desastres Naturales (Cemaden), el país también ha comenzado a secarse desde 1950.
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