La historia de las emociones es también una característica del coreógrafo John Neumeier, que creó este gran ballet en 1978, inspirado en el libro de Alejandro Dumas, con música de Chopin, en el que participaron la orquesta de La Scala dirigida por Simon Hewett y la pianista Vanessa Benelli Mosell.
La última actuación en La Scala fue hace siete años. Ahora regresa con los decorados y el espléndido vestuario diseñados por Jurgen Rose en 1978 que evocan las obras de Luchino Visconti. Para los bailarines se trata de un espectáculo complejo, no sólo en duración (tres actos de cuarenta minutos cada uno) sino en intensidad.
Para Bolle, que lo interpretó por primera vez en La Scala en 2007, será probablemente un adiós a un papel que realza no sólo su extrema capacidad de lucha sino también su capacidad expresiva.
En las próximas siete funciones (hasta el 18 de septiembre), Claudio Coviello y Timofej Andrijashenko se alternarán en los papeles principales de Armand y su querida Marguerite junto a Alina Cojuncaro y Martina Arduino.
El propio Arduino interpretó ayer a Manon junto con Des Grieux de Nicola del Freo, porque en este ballet Marguerite y Armande se encuentran por primera vez en el teatro, donde Manon Lescaut está en escena y se reconocen en los dos amantes en conflicto. El padre de Armand, Monsieur Duval (Gabriele Corrado), rompe el vínculo entre ellos.
Mientras que Virna Toppi interpretó ayer a Prudence (en las noches siguientes alternará con Maria Celeste Rosa, Camilla Cerulli y Alice Mariani). Las fechas del 4 y 11 de octubre ya están agotadas, últimas entradas para el resto de las funciones.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA