En escena solo hay seis sillas para las protagonistas de la historia, Ada Pignotti, Gabriella Polli, Vera Simoni, Carla Capponi, Marisa Musu y Lucia Ottombrini, es decir, una esposa y dos hijas de hombres asesinados en la masacre y tres partisanos condecorados por su valor militar que se encontraban en via Rasella cuyos testimonios fueron recogidos por Alessandro Portelli para el libro "La Orden ha sido ejecutada.
Roma, las
Fosas Ardeatinas, la memoria", del que el espectáculo fue
adaptado libremente.
Las encargadas de darles voz a estas mujeres, con la
intensidad de las simples palabras, son Lunetta Savino,
Carlotta Natoli, Simonetta Solder, Chiara Tomarelli, Bianca
Nappi y Mia Benedetta.
Como en el teatro, también en la gran pantalla texto e
interpretación transmiten la intensidad de esta página de
historia sin igual en la que 335 hombres fueron asesinados por
represalia tras el atentado del 23 de marzo de 1944 realizado
por los Gap romanos en el que murieron 33 soldados alemanes.
"El espectáculo nació hace varios años por autoconvicción,
por autoproducción, porque nos parecía importante hacerlo y
llevarlo de gira. Ahora -dijo a ANSA Francesca Comencini-
decidimos, del mismo modo, hacer una gira con nuestro documental
en un día, un lunes en el teatro Ghione. Tuvimos el honor de ser
seleccionados en el Festival de Cine de Roma, luego ya veremos".
Se espera que encuentre pronto una adecuada distribución,
incluso porque el texto, desde 2015, cuando se puso en escena
por primera vez, hasta hoy, tiene una enorme actualidad: se
habla de guerra, de fascismos, de brutales asesinatos y de
mujeres que deben afrontar todo esto solas, a su modo.
"Cuando comenzamos a trabajar la situación mundial era
completamente distinta -agregó Comencini- pero en su intenso
relato oral estas mujeres, a pesar de ser muy distintas entre
ellas, sacan a la luz toda su fuerza".
También, su extraordinaria humanidad, cuando la partisana
relata su dolor al quitarle la vida al enemigo que era un
simplemente un hombre, o cuando la hija le pregunta al padre por
qué no se quedó en casa con sus hijos y luego le pide perdón, o
cuando la mujer promete a su esposo, con quien se había casado
hacía pocos meses que no volvería a casarse y lo hace, viviendo
en su memoria.
"Son viudas indomables, marcadas pero llenas de fuerza, que
vivieron en los márgenes de la historia, como muchas de las
mujeres de las que he hablado en mi obra, o en el centro como
los partisanos pero lo cuentan sin retórica", señaló Comencini.
Comencini, que se encuentra en el último día de rodaje de la
película que dedicó a su padre ("La vida primero", con Fabrizio
Gifuni) no niega que está "muy apegada a esta obra porque es la
historia de los que fueron asesinados, de aquellos que lucharon
por nuestra nación, nuestro país, con profundo espíritu
patriótico".
El docufilm está producido por Kavac film, Nacne y por todos
y todas aquellos que participaron. El director de fotografía es
Luca Bigazzi y el sonido de Daniele Ingrati.
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