(ANSA) ROMA - El precio de la gasolina en Italia volvió a subir este jueves, a pesar de las medidas del gobierno de la primer ministra Giorgia Meloni para contener la inflación en los combustibles.
Mientras el país vive los últimos días de la temporada alta, el precio promedio de la gasolina en las carreteras llegó a 2,019 euros por litro, frente a los 2,015 del lunes pasado, y en el mismo lapso el precio medio del diésel en las carreteras pasó de 1,921 euros por litro a 1.928.
El 1 de agosto entró en vigor una norma del gobierno italiano que obliga a las gasolineras a mostrar los precios medios para que los conductores puedan compararlos con los valores cobrados por el propio establecimiento.
La medida sería una forma de desalentar posibles aumentos especulativos, pero no fue suficiente para revertir la tendencia alcista.
Cuando entró en vigor la nueva regla, los precios medios de la gasolina y el diésel en las carreteras eran de 1,984 y 1.854 euros por litro, respectivamente.
Codacons, la asociación italiana para la defensa de los derechos de los consumidores, anunció que presentará una demanda para obligar al Ministerio de Economía y Hacienda a congelar los impuestos al consumo de combustibles, "que suponen apropiación indebida y especulación usura" contra los ciudadanos.
Se estima que el aumento de los precios de los combustibles en los últimos días ha supuesto un ingreso extra de 2.200 millones de euros para el Gobierno.
"Alguien debe recordarle al Gobierno que las familias no pagan el precio sin impuestos, sino el real", subrayó Codacons.
Por su parte, la federación de agricultores Coldiretti advirtió que el alza en los precios de los combustibles tiene un efecto dominó en los costos para las empresas y los consumidores, ya que el 88% de las mercancías en Italia se transportan por carretera.
Y Assoutenti, otra asociación de protección al consumidor, dijo que la carga fiscal penaliza a los conductores. "Reiteramos el pedido al gobierno para que intervenga de inmediato, aprovechando la recaudación extra de los últimos meses para bajar los impuestos a las gasolinas y diésel", pidió la entidad.
Los aumentos presionan al gobierno porque se deben en parte a que Meloni decidió suprimir los subsidios que se aplicaban a los combustibles.
La Guardia de Hacienda anunció que reforzará las inspecciones para garantizar la "transparencia" y la correcta comunicación de los precios en las estaciones de servicio.
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