Los cerca de 32 mil aficionados que colmaron el estadio Luigi Ferraris, 2 mil de los cuales del equipo visitante, merecían algo más que el empate sin goles que protagonizaron Genoa y Torino en esta decimoquinta fecha del campeonato, en un partido que no regaló emociones y prácticamente no tuvo remates al arco.
Aburrido es la mejor palabra para resumir lo que ofrecieron el equipo del francés Patrick Vieira y el de Paolo Vanoli, que no por nada deambulan de mitad de tabla hacia abajo, más cerca de la lucha por la permanencia que de la pelea por meterse en zona de clasificación a las Copas europeas en la próxima temporada.
A pesar del magro espectáculo ofrecido, el público despidió con aplausos a los equipos, como saludando un punto que les sirve a ambos para consolidarse en esa disputa por evitar el descenso y también el esfuerzo desplegado en un duelo friccionado y plagado de errores de uno y otro lado en el que los dedos de una mano alcanzarían para enumerar las llegadas al arco rival.
Vieira apostó por los mismos once jugadores que venían de superar por 2-0 a Udinese como visitantes en la fecha anterior, a excepción de Allan Maturro, elegido para reemplazar al suspendido mexicano Johan Vásquez, mientras que Vanoli apeló a una dupla ofensiva integrada por el británico Ché Adams y por el paraguayo Antonio Sanabria que prometía más de lo que dio.
Apenas un remate del danés Morten Frendrup que Samuele Ricci desvió con lo justo a los 33' del primer tiempo ofreció en el primer período Genoa como situación de riesgo, seis minutos antes de que Sanabria intentara conectar el balón con una pirueta, pero sin conseguirlo.
Esta vez, el delantero no logró darle el destino que había tenido una "tijera" similar que terminó en gol de Paraguay en la victoria frente a Argentina por las eliminatorias al Mundial 2026 y la pelota derivó el el kosovar Mergim Vojvoda, que alcanzó a desviarla apenas para que besara el poste antes de salir desviada.
Poco, muy poco, pero suficiente como para que los aficionados del "granate" aprovecharan para volver a cargar las tintas contra Urbano Cairo, presidente del Torino, a quien consideran responsable por el opaco presente del equipo.
La ilusión de ver una función distinta en el complemento quedó en eso, en ilusión, pues el segundo capítulo fue tan mezquino como lo había sido el primero, más allá de que tanto Vieira como Vanoli intentaron revitalizar a sus planteles ensayando algunas variantes.
Hubo que esperar a tiempo adicionado para que Torino probara los reflejos de Nicola Leali, quien se reivindicó ante el remate desde afuera del área del ingresado francés Adrien Tameze, luego de que este pretendiera aprovechar una mala salida del arquero, que chocó con su compañero Mattia Bani cuando buscaba despejar el balón.
El cierre del partido encontró a Genoa tratando de asestar la estocada en un tiro de esquina rechazado por la defensa y tras el cual intentaba capitalizar el rebote cuando el árbitro Livio Marinelli pitó el final, generando la rechifla del público local y la reacción de algunos jugadores del "Grifone" que suponían que en esa jugada pudieron haber ganado el partido, incluso sin haberlo merecido.
El 0-0 castigó la poca audacia que mostraron los equipos por quedarse con la victoria y califica el espectáculo que ofrecieron en un partido en el que Genoa sumó su quinto duelo consecutivo sin sufrir derrotas y Torino (que tuvo en el banco de suplentes al chileno Guillermo Maripán) su segundo punto apenas en los últimos seis partidos.
"Era un partido difícil para los dos equipos. Intentamos generar más situaciones, pero no lo logramos, aunque me voy conforme porque mi equipo demostró tener carácter y lo veo más sólido en defensa", explicó Vieira.
"Este punto sirve, pero todavía tenemos mucho en lo que trabajar", completó, al destacar que el empate no representa un paso atrás después de haberle ganado a Udinese y señaló: "Lo importante es no haber recibido goles, pero nos falta profundidad en los últimos metros".
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