Milan rescató un empate en dos goles en campo de la colista Salernitana que no bastó para aquietar las aguas en el club "rossonero", inmerso en una crisis deportiva que podría tener consecuencias.
El resultado obtenido en el inicio de la decimoséptima fecha del campeonato le aseguró al Milan el tercer puesto, pero no conformó a la directiva, que evalúa los pasos a seguir.
Por el momento, la continuidad del entrenador Stefano Pioli no está en discusión, pero el malestar es indisimulable en el seno de la dirigencia, que pretende ver a Milan en la cima del "Calcio" y de Europa.
La cuestión que sí está en debate parece apuntar a la preparación física del plantel dada la cantidad de lesionados que condicionan también las opciones de Pioli a la hora de armar el equipo.
El último en la lista de bajas es el británico Fikayo Tomori, autor del primer gol en Salerno y hasta ayer el único "sobreviviente" a las lesiones en la zaga central del "rossonero".
Antes del partido con Salernitana, el estadounidense Gerry Cardinale, número uno del grupo RedBird, propietario del club italiano, advertía sobre su insatisfacción por la irregular campaña del equipo.
"Como todos ustedes, no estoy satisfecho con nuestra posición en el campeonato y tampoco con la eliminación en la Champions League, pero por las décadas que llevo vinculado al deporte sé que las competencias son como una maratón y no como una carrera de velocidad", destacó.
"Necesitamos continuidad y coherencia, esas son las virtudes más importante", agregó Cardinale al reconocer su responsabilidad a la hora de tomar decisiones que permitan sentar las bases para que "Milan recupere el lugar que se merece" para lo cual será necesario evaluar "qué hicimos bien y qué no".
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