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Sudáfrica-Nueva Zelanda, una final histórica

Vuelve recuerdo de aquel día de 1995, con Mandela en el estadio

PARIS, 27 octubre 2023, 15:11

Redaccion ANSA

ANSACheck
Sudáfrica-Nueva Zelanda.

Imposible no volver a pensar en aquel día de 1995 en el que el rugby unificó un país y lo hizo una nación arcoíris.
    Nelson Mandela visitó el campo de juego vistiendo una camiseta N° 6 del capitán Francois Pienaar, el premio Nobel de la Paz, Demsond Tutu, rebozante de alegría por la victoria sobre las gradas, el gran derrotado, Jonah Lomu, no consiguió hablar por la desilusión, pero halló la fuerza para felicitar a los adversarios.
    En aquella final del Mundial, el primero en el que tomaron parte los Springboks que hasta ese momento estaban fuera del escenario internacional a causa del apartheid, se escribían libros y se hacían películas como "Invictus", de Clint Eastwood.
    Pero sólo ahora, 28 años después, la historia se repite.
    La de mañana, en el Stade de France será una final histórica, en la que se enfrentan los únicos dos combinados que llevaron consigo el trofeo llamado William Webb Ellis.

Y son también las dos que, desde 2007 a hoy, se dividieron el título iridiscente: en 2007 y 2019 los Springboks, en 2011 y 2015 los All Blacks.
    En suma, un gran evento para no perder y que, una vez más, puede hacer la historia de un país. "Es el partido más importante de mi carrera -explicó el capitán de Sudáfrica, Siya Kolisi, símbolo viviente de como cambió la 'Rainbow Nations' desde aquel día de 1995-.Nunca antes en la vida existirá la ocasión de jugar un match de este tipo, una final mundial contra los All Blacks, y de lo que hagamos dependerá el humor de 62 millones de sudafricanos".
    "No pueden comprender cuántos mensajes hemos recibido, la gente nos dice que los momentos en los que nosotros jugamos son los únicos de felicidad pero ellos, más bien nos dicen que nosotros, como equipo, en verdad unificamos al país y representamos a cada tipo de persona", aclara..
    También para Nueva Zelanda este juego puede cambar las personas. "Los All Blacks siempre tuvieron un lugar especial en el corazón de los neozelandeses -las palabras del director técnico Ian Foster, en la conferencia de prensa en la vigilia-.
    Las manifestaciones de afecto y apoyo que hemos recibido de nuestro país son impresionantes, y nos han emocionado".
    "Normalmente, nosotros, los neozelandeses somos conservadores y cínicos. Mostramos nuestro amor y nuestro respaldo mientras criticamos, pero la situación cambió, e imprevistamente en nosotros hay mucha excitación. Nuestras motivaciones, las ganas de ganar, vienen tanto de nosotros mismos como de las grandes victorias del pasado. Lo obtenemos de la historia y de la herencia de esta camiseta, que es enorme para nosotros", puntualiza.
    Y pensar que los All Blacks, según los corredores de apuestas que ahora los dan como favoritos, no deberían haber estado aquí, porque llegaron a Francia después de unos resultados decepcionantes que provocaron el despido de Foster, que luego regresó debido a la revuelta de los jugadores.
    Empero, mañana, pase lo que pase, será el último partido del técnico, así como de los campeones del mundo de 2015 y "monumentos" del rugby neozelandés, Aaron Smith (el que dirige el Haka con un remo maorí), Brodie Retallick y Sam Whitelock. Irse luego de un triunfo en el Stade de France es su objetivo declarado.
   

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