"Hacerlo o morir", afirmó Aaron Smith, medio scrum de los "All Blacks", que perdieron por 27-13 con el anfitrión Francia en el debut y luego arrollaron por 71-3 a Nambia en su segunda presentación en la zona.
La buena noticia para Nueva Zelanda, que ganó tres ediciones del Mundial (1987, 2011 y 2015), es que ganó los 15 enfrentamientos previos ante Italia, que suma 10 puntos en el Grupo A, tres menos que Francia.
Los "All Blacks", que volverán a contar desde el inicio con Shannon Frizell y Jordie Barrett (reemplazarán a Tyrel Lomax y a Sam Cane), incluso registraron un promedio de 51 puntos en sus partidos previos contra Italia, que tiene como DT justamente al neozelandés Kieran Crowley.
"Es un equipo distinto, compuesto por gente que nunca enfrentó a Nueva Zelanda y forma parte de un grupo de 33 hombres que en los últimos meses maduró notablemente", analizó Crowley, que tras el Mundial será reemplazado por el argentino Diego Albanese.
"Los números y las estadísticas están en contra nuestro, también la historia, pero siempre está la posibilidad de cambiar la historia.
Para nosotros este partido es jodidamente importante,
y lo iniciaremos con la mejor alineación posible", garantizó
Crowley.
"No nos hacemos ilusiones, ellos son muy agresivos e intentarán
intimidarnos desde el inicio, diría que intentarán 'abusar' de
nosotros, pero estamos preparados para este partido.
Mis
jugadores no tienen miedo y están muy confiados. Ahora sólo
queda esperar y ver si alcanzará", completó el entrenador
neozelandés de la "azzurra".
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