El drama de no querer volver al frente, tras descubrir el horror. La búsqueda de una vía de escape, a costa de arriesgarse a ser fusilado. Y, luego, la burla ulterior: la epidemia de gripe española.
Esta es la Gran Guerra que Gianni Amelio ha elegido contar en "Campo de batalla», su última película presentada a concurso en el Festival de Venecia.
"El cine italiano vuelve a hablar de ese horror, de esa tragedia", explica a ANSA el youtuber y profesor de Historia y Filosofía Matteo Saudino, implicado desde hace tiempo en la divulgación a través de su canal BarbaSophia.
"Lo hace en un mundo que ha redescubierto la guerra en Europa, en Ucrania, que revive la guerra en Oriente Medio", reflexiona, "volvemos a hablar de la guerra y volvemos a hablar de desobedecerla".
Y en efecto, es precisamente sobre este tema, sobre sus contradicciones, que se desarrolla la trama de la película, protagonizada por Alessandro Borghi, Gabriel Montesi y Federica Rossellini.
Dos médicos, dos amigos, dos ideas opuestas del juramento hipocrático y un mismo campo de batalla: el frente de la Primera Guerra Mundial. Entre ambos se interpone una enfermera a la que los prejuicios de la época le impiden ser médico y la sombra amenazadora de la epidemia de gripe española.
A través del relato de las automutilaciones de los soldados, emerge un "fenómeno particularmente atroz y terrible" que representa bien la condición de aquellos que son llamados a luchar sin desearlo y harían cualquier cosa por "escapar del horror de las trincheras", recuerda el protagonista.
El fuerte deseo de escapar del conflicto había surgido "ya en los primeros meses de la Primera Guerra Mundial", explica Saudino, "cuando los soldados alemanes, británicos y franceses dejaron de luchar y decidieron hacer una tregua de Navidad.
Luego hubo más treguas, partidos de fútbol en el frente, hasta las deserciones masivas de 1917, punto de inflexión de la Gran Guerra".
Después vino otro gran drama, cuando "los mandos militares y los gobiernos decidieron juzgar sumariamente a los soldados" como advertencia a los que querían marcharse. Una forma de castigar la cobardía", continúa, "pero no es cobardía, en realidad, es coraje: el coraje de decir no a una máquina mortal e inhumana, la de la guerra".
La fuerza para desertar "es también una fuerza moral, ética", afirma Saudino con contundencia. A pesar del castigo del poder, que nunca puede permitir que tales actos se extiendan, porque, concluye, "esa desobediencia, si se contagia, vuelca la máquina de guerra contra los que querían esa guerra"».
Campo di Battaglia es una producción de Kavac Film, IBC Movie, One Art y Rai Cinema con la colaboración de la Región Friuli-Venezia Giulia, la Friuli-Venezia Giulia Film Commission y en colaboración con la Trentino Film Commission.
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