La modelo argentina Valeria Mazza, valorada y recordad en Italia por numerosas apariciones televisivas, incluso en el festival de San Remo en 1996, volvió este viernes a las pasarelas después de muchos años, próxima a cumplir 52 (mañana mismo), pero con su gracia y donaire intactos.
La rubia, alta y atrayente, volvió al lugar que la catapultó y la convirtió en una supermodelo en la época dorada de los años 90, cuando era buscada afanosamente por las principales firmas de moda, las revistas y los fotógrafos más prestigiosos.
Después de participar a pleno en la Semana de la Moda de Nueva York, donde asistió al desfile de Carolina Herrea, tomó un vuelo a Madrid y se subió hoy a la pasarela para desfilar para Hannibal Laguna, el prestigioso diseñador español.
Mazza está viviendo estos meses en Madrid, ya que está conduciendo el ciclo "Bailando con las estrellas".
La otrora top model lució un vestido de gala en color plata con la parte superior bordada con cristales y con importante escote. La falda tenía vuelo y una abertura en el frente que dejaba ver sus largas piernas, según la prensa de Argentina.
El peinado era recogido en un rodete tirante que permitía apreciar la imponente gargantilla de brillantes con las que se complementó su look.
Mazza explicó al canal de televisión de Buenos AIres TN que toda su familia la acompañó desde la primera fila. Su hijo Tiziano Gravier posteó un video del cierre del desfile y escribió: "Grosa mamá". "Tengo hinchada propia, me la tengo que llevar conmigo", comentó la modelo.
Cuando le consultaron por qué había decidido volver a subirse a la pasarela, dijo que el propio diseñador le dijo: "'Seis meses atrás, cuando empecé a pensar en esta colección me inspiré en el tango, la noche porteña, la luna y fantaseé con que desfilaras, con que pudieras estar'".
"Me encantó la idea y yo misma le propuse cerrar su desfile. Volví al ritmo del tango", una experiencia que vivió con felicidad y "como un juego", comentó luego.
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