explica - pero siempre busco nuevas inspiraciones, nuevos estímulos. Siempre estoy alerta".
La pianista argentina está en Mantua por dos motivos especiales, debutar -a los 81 años- en el que se considera el festival de música de cámara más importante de Italia y volver a tocar con su amigo violinista, como la primera vez hace más de 30 años.
Su conmovedora actuación en el escenario del Teatro Bibiena fue el evento más esperado del Festival que hasta el próximo domingo involucra a 350 instrumentistas italianos y extranjeros en 150 conciertos para un total de 4.000 horas de música.
Las dos estrellas de los clásicos no se limitaron a un solo concierto. Anoche fue el segundo, con repertorio diferente, en el Palacio Ducal, y hoy de nuevo en el Bibiena, "un teatro precioso", dijo el pianista a su llegada para los ensayos.
Para la primera velada eligieron Fantasiestücke de Schumann y la Sonata en sol menor de Debussy. Tras la larga ovación final de pie, llegó el bis sorpresa con una pieza de Chopin.
Dora Schwarzberg, de 77 años, había tocado por última vez en Mantua en 2016. La violinista, nacida en Tashkent (Uzbekistán) de padre rumano y madre de Kiev y criada en Odessa en el teatro yiddish que dirigía su padre, tuvo que interrumpir su actividad tras una lesión grave del hombro y complicaciones después de la cirugía.
Fue precisamente la pianista de Buenos Aires quien se empeñó en convencerla para volver juntas a los escenarios. "Hacerlo hoy es un acto de valentía -lo hicieron saber al abrir el concierto-. Estamos aquí porque es maravilloso compartir nuestra amistad con ustedes".
Martha y Dora participan en el Festival de forma gratuita como todos sus demás compañeros, a quienes solo se les garantiza comida y hospitalidad. Argerich estará entre los invitados destacados del Festival de Rávena la próxima semana.
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