Por Serena Di Ronza
(ANSA) - NUEVA YORK 26 DIC - Se prevé que las ventas de
vehículos eléctricos en China superen por primera vez a las de
los automóviles tradicionales. Se espera de esta manera un
avance histórico en 2025 con el que Pekín se adelanta a su
tiempo y se pone a la cabeza de la revolución del coche
eléctrico, dejando atrás a sus rivales occidentales.
El año que viene, según cálculos del Financial Times basados
;;en previsiones de cuatro bancos de inversión y grupos de
investigación, las ventas de vehículos eléctricos en China
aumentarán un 20% hasta superar los 12 millones de unidades, más
del doble de los 5,9 millones de 2022.
Al mismo tiempo, se espera que las ventas de automóviles
tradicionales disminuyan un 10% a menos de 11 millones de
vehículos, una contracción de casi el 30% a partir de 2022.
Según Robert Liew, director de investigación de energías
renovables en Wood Mackenzie, la superación de los coches
eléctricos es una señal del éxito de China en el desarrollo de
la tecnología y la obtención de suministros de materiales
esenciales para los coches eléctricos y sus baterías.
"Quieren electrificar todo. Ningún país ha estado tan cerca
como China" de lograr este objetivo, explicó Liew. Aunque las
ventas de coches eléctricos chinos se han ralentizado en la era
pos-pandemia, las previsiones de un gran avance indican que el
objetivo marcado por Pekín en 2020, cuando estableció que el 50%
de los coches vendidos debían ser eléctricos en 2035, se ha
cumplido 10 años antes de lo esperado.
Noruega lidera actualmente la venta de coches eléctricos en
términos de cuota de mercado, con más del 90% de los coches
nuevos alimentados por baterías.
La tendencia actual en China significará que en los próximos
años las plantas automotrices tradicionales chinas producirán
millones de automóviles, pero no tendrán un mercado interno
donde venderlos y se concentrarán fuertemente en los mercados
extranjeros.
Pero también muestra cómo la industria eléctrica de China es
cada vez más capaz de amenazar a los gigantes alemanes,
japoneses y estadounidenses.
El mercado de vehículos eléctricos en Europa y Estados
Unidos se está desacelerando, lo que refleja la lentitud de los
fabricantes de automóviles tradicionales para adoptar nuevas
tecnologías, la incertidumbre sobre los subsidios
gubernamentales y el creciente proteccionismo contra las
importaciones de China.
En los últimos meses, la UE decidió imponer definitivamente
tasas adicionales de hasta el 35,3% a las importaciones de
coches eléctricos chinos en respuesta a los masivos subsidios
concedidos por Pekín.
Una decisión que ha abierto la vía a un enfrentamiento entre
la UE y China para alcanzar un acuerdo sobre los precios de las
importaciones de coches eléctricos, en lo que se considera un
resquicio alternativo a los aranceles que permitiría a la UE
anular los aranceles impuestos para proteger el sector de los
automóviles y sus aproximadamente 14 millones de empleos.
Estados Unidos también se prepara para luchar contra China.
El presidente electo Donald Trump ha anunciado que impondrá una
ola de aranceles contra Pekín, allanando el camino para una
nueva guerra comercial entre las dos superpotencias con
consecuencias económicas también para México, al que los
fabricantes de automóviles chinos ven como un trampolín para
entrar en el mercado norteamericano.
Entre ellos se encuentra BYD, el gran rival de Tesla, el
gigante eléctrico de Elon Musk. El aliado multimillonario de
Trump podría desempeñar un papel crucial en el juego arancelario
contra los automóviles chinos.
En los últimos meses ha dicho que el proteccionismo y los
aranceles "son lo único que puede frenar el dominio de los
fabricantes de automóviles chinos, que de lo contrario
terminarán demoliéndonos". Una admisión que revela sus temores
respecto a BYD, que ha arrebatado a Tesla el título de líder
mundial en vehículos eléctricos. (ANSA).