"Mientras les escribo, nuestros corazones están aliviados por la tregua en curso.
Sabemos que es frágil y que, por su
naturaleza, no bastará por sí sola para resolver los problemas y
extinguir el odio en esa zona", escribe el cardenal, recordando
que "hemos visto lágrimas, desesperación, destrucción por todas
partes".
Luego, el Prefecto subraya que es "nuestro deber - y uso
este término con temor, pero con determinación - correr para
ayudar, lo antes concretamente posible, a que la vida renazca".
"Todos, empezando por los niños, tienen derecho a vivir en
paz y a recuperar sus hogares y escuelas, a jugar juntos sin
miedo a volver a ver la sonrisa satánica de la muerte",
sostiene.
Hablando de los lugares santos, Gugerotti recuerda que "han
sido tutelados desde el principio por las comunidades
cristianas, en la variedad de sus tradiciones, y durante siglos
los Frailes Menores de la Custodia los han cuidado con admirable
fidelidad.
En torno a esos lugares han florecido iniciativas de
gran valor pastoral: parroquias, escuelas, hospitales,
residencias para ancianos, centros de asistencia a los
inmigrantes, a los desplazados, a los refugiados. Precisamente
para ayudar a sostener todo esto, el Santo Papa Pablo VI
instituyó la Colecta para los Lugares Santos, en la forma que
desde entonces se repite anualmente el Viernes Santo o en otra
fecha fijada localmente", escribe Gugerotti.
"Este año la Colecta - escribe el cardenal en nombre del
Papa - se convierte en un recurso esencial: después de la
pandemia, la interrupción casi total de las peregrinaciones y
las pequeñas actividades que especialmente los cristianos han
creado junto a ellas, muchos se han visto obligados a exiliarse.
Si queremos fortalecer Tierra Santa y garantizar un contacto
vivo con los Lugares Santos, es necesario apoyar a las
comunidades cristianas".
"Por favor - pide Gugerotti a todos los obispos del mundo -
impidan que nuestras Iglesias promuevan colectas paralelas con
el mismo fin".
"El Papa Francisco les envía a todos su bendición: Dios no
olvidará, particularmente en este Año Jubilar de la Esperanza, a
cuantos se han convertido en testigos de su Providencia e
instrumentos de su paz. Nuestros cristianos de esas tierras os
esperan", concluye la carta.
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