El 14 de febrero,
antes de su ingreso hospitalario, quiso completar todas las
audiencias de la mañana y ya se estaba preparando para el
Jubileo de los artistas del fin de semana siguiente.
Ahora toda la apretada agenda debe ser reorganizada.
El
Papa, por ello, cuando las terapias y las condiciones lo
permiten, sigue trabajando incluso desde el hospital. Hoy se ha
difundido otro documento firmado "Desde el Policlínico Gemelli".
Para los eventos en los que es necesaria su presencia, el
Pontífice está delegando a sus colaboradores. Así que, en los
ritos del Miércoles de Ceniza en el Aventino, veremos en su
lugar al cardenal Penitenciario Mayor Angelo De Donatis.
Hoy, en cambio, en el Palacio Apostólico, fue el cardenal
Secretario de Estado Pietro Parolin quien recibió y se reunió
con el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, en Roma para el
peregrinaje jubilar nacional.
Probablemente sea la primera vez, ya que normalmente los
presidentes se reúnen con la Secretaría de Estado solo después
de la audiencia con el Papa.
Mientras siga la prognosis reservada, es difícil prever
cuándo el Papa Francisco podrá regresar a Casa Santa Marta. Pero
incluso en ese caso, es de imaginar que, de inmediato, su
actividad no podrá estar a pleno rendimiento.
Mientras tanto, vivirá su primer Miércoles de Ceniza en el
décimo piso del Gemelli, y es de suponer que también allí se
llevará a cabo, aunque de forma sencilla, el rito que da inicio
a la Cuaresma. Del 9 al 14 de marzo están programados los
ejercicios espirituales de la Curia.
Para el Papa jesuita, estos han sido cada año un momento
intenso de espiritualidad, dedicado por completo a la oración,
sin audiencias ni otros compromisos.
Es, por tanto, verosímil que, incluso en el escenario más
optimista, si el Papa fuera dado de alta, no habría actividades
hasta mediados de mes.
Pero, en realidad, quizá se esté mirando aún más adelante
para imaginar al Papa Francisco presidiendo un gran evento
público, y el pensamiento va hacia la Semana Santa, que comienza
el 13 de abril con el Domingo de Ramos, para llegar luego al
Triduo, los días más intensos (pero también los más agotadores
para cualquier celebrante) de todo el año, hasta la Pascua, que
este año cae el 20 de abril.
Además, será una Pascua especial porque, por coincidencias
del calendario, será celebrada el mismo día tanto por los
católicos como por los ortodoxos.
Está también el Año Santo, que cada día recibe peregrinos de
las diócesis de todo el mundo. En la Vía de la Conciliación, los
grupos que peregrinan hacia la Puerta Santa de la Basílica de
San Pedro, de momento, se han mantenido constantes.
Pero se vive el Jubileo sin la audiencia con el Papa. Esto
es aún más evidente en los "grandes eventos". Francisco ya ha
tenido que ausentarse del de los artistas y del de los diáconos.
Y es prácticamente seguro que tampoco podrá estar presente el 8
y 9 de marzo en el Jubileo del Voluntariado, un mundo
particularmente querido para él.
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