"No podremos ir a ver al Papa en audiencia como estaba previsto pero lo tenemos aquí, disfrutémoslo", dijo en la misa el asistente espiritual y capellán de Gemelli, don Nunzio Currao.
Ahora está claro que la neumonía del Papa, aunque está remitiendo ligeramente, no es algo que pueda resolverse en cuestión de horas o días.
Naturalmente así lo sugieren los boletines difundidos por la oficina de prensa del Vaticano.
Pero incluso la atmósfera en el hospital sugiere que la estancia de Francisco se prolongará.
"Ustedes saben que, como comunidad, estamos ofreciendo momentos intensos de oración, de adoración eucarística, de misa, de rosario, por la salud del Santo Padre.
Y así seguiremos
porque me parece que está teniendo algún efecto positivo", dijo
don Currao.
"Las terapias siguen su curso -añadió- pero sabemos lo
importante que es también la terapia espiritual, la de
comunión".
De momento, todavía no hay novedades sobre cómo se
desarrollará el Ángelus del domingo, pero todo hace pensar que
será el tercero en forma escrita.
El deseo del Papa es, al menos, poder asomarse un momento
para saludar a la multitud que inevitablemente llenará la plaza
a mediodía, pero esto sería el centro de un tira y afloja con
los médicos que le habían dicho expresamente que no.
Pero el Ángelus no será el único evento que será
reprogramado en los próximos días.
Concluye también la presencia del Papa en la procesión del
Miércoles de Ceniza, que abre la Cuaresma y los ritos pascuales.
Así como está en duda su presencia en otro evento
importante, el Jubileo del mundo del voluntariado del 8 y 9 de
marzo, una de las grandes citas del Año Santo donde todavía se
incluye la presencia del Papa para la misa en San Pedro.
En cualquier caso, toda decisión queda en manos de los
médicos, incluido el deseo más a corto plazo del Papa de
regresar a Santa Marta, quizás para una convalecencia muy
rigurosa pero en un lugar que lo sienta como su casa.
"Cuando viene aquí al hospital -reveló Don Nunzio- nos dice
no quiero molestaros, voy por detrás".
Don Currao es otro de los pilares del Gemelli, muy amigo del
Papa, que siempre estuvo presente en todas sus
hospitalizaciones.
"Después de su elección -dijo-, tuvo consigo al entonces
vicario de Roma, el cardenal Agostino Vallini, con el que había
aparecido desde la tribuna.
Y el cardenal vicario nos contó
algunos días después que el Papa, mientras se dirigía en coche a
Santa María la Mayor, quedó muy impresionado por la multitud de
gente que rodeaba el coche y preguntó a Vallini: '¿Pero por qué
está toda esta gente aquí?' Y Vallini le respondió: 'Pero están
por usted, Santo Padre'.
Y él, a su vez, dijo: "la franciscanitis aguda terminará
pronto", como para advertir, incluso frente a todo este
entusiasmo, la necesidad de mantener la sencillez.
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