Por Manuela Tulli - El sacerdote Claudio Caruso conoce al "padre Jorge", como él lo llama, desde hace veintiocho años.
Ni siquiera era cura, pero fue el propio futuro Papa quien predicó los ejercicios espirituales a aquel grupo de seminaristas que estaban a punto de convertirse en sacerdotes; entre ellos Claudio.
Hoy, desde Buenos Aires, a 12.000 kilómetros de aquella habitación del Gemelli, sigue minuto a minuto las noticias sobre la salud de su Papa argentino.
"Francisco quiere que se diga la verdad, pero esa verdad sobre su salud nos duele a los que lo queremos, a la inmensa mayoría de los argentinos. La gente está rezando en todos lados", dice, no sin un velo de emoción.
Además de sacerdote, Caruso es periodista, comunicador y presidente de Crónica Blanca, la organización que intenta transmitir los valores de la doctrina social de la Iglesia en Argentina.
Va y viene entre su país e Italia, que ama y conoce bien, pero sobre todo cuando puede intenta ir a saludar a Bergoglio; la última vez fue la pasada Navidad, con la apertura de la Puerta Santa y el Jubileo en San Pedro. Ayer el arzobispo de Buenos Aires -cuenta a ANSA el padre Caruso- presidió una misa en un lugar muy querido por Francisco, la plaza Constitucióin.
"Todos los años iba a Constiución, una de las principales estaciones ferroviarias de la ciudad, donde celebraba misa para los 'cartoneros', los que viven en las 'villas miserias' y recolectan lo que otros tiran para vender y sobrevivir. Allí Bergoglio decía misa con ellos y denunciaba el silencio de los poderosos frente a estas situaciones'", recuerda. Francisco 'es también el Papa de los ateos, de los musulmanes, de los judíos, que tanto le quieren. Te contaré una anécdota: un amigo musulmán me dijo que su madre le pidió que comprara una medalla milagrosa de la Virgen para rezar por el Papa Francisco'.
El afecto en su Argentina natal es, pues, grande. Pero no precisamente de todos. "Aquí también se puede decir que 'nadie es profeta en su tierra'. Los que no lo quieren son pocos pero tienen mucho poder y hacen ruido. Algunos medios de comunicación, algunos poderosos de esta tierra -denuncia el padre Claudio- le han maltratado toda su vida y lo hacen incluso ahora. Pero es un grupo muy pequeño', señala el sacerdote. "Francisco nos ha enseñado que la fuerza del amor, la fuerza del perdón y la fuerza de la esperanza hacen más", concluye el padre Claudio.
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