Así consta en el boletín médico difundido por la tarde, en el que se explica que tampoco hoy "se han producido episodios de crisis asmática respiratoria" -que tanta alarma habían causado hace dos días-, mientras que "algunos análisis de laboratorio han mejorado".
"Continúa la oxigenoterapia", con cánulas aplicadas en la nariz, "aunque con flujos y porcentaje de oxígeno ligeramente reducidos".
Además, el seguimiento de la insuficiencia renal
leve manifestada ayer 'no es motivo de preocupación'.
En cualquier caso, los médicos, "en vista de la complejidad
del cuadro clínico", y subrayando también la"criticidad" del
estado de Francesco, "por prudencia, no dan a conocer todavía el
pronóstico".
Por la mañana, informa la Sala de Prensa vaticana, el Papa
"recibió la Eucaristía, mientras que por la tarde reanudó sus
actividades laborales".
Por la noche "llamó al párroco de la
Parroquia de Gaza para expresarle su cercanía paterna": el
Pontífice quiso así expresar su gratitud por un vídeo que le
envió la pequeña comunidad católica de la Franja.
"El Papa Francisco agradece a todo el pueblo de Dios que se
ha reunido en los últimos días para rezar por su salud", dice
además la Oficina de Prensa. El Pontífice sigue recibiendo del
mundo y de Italia mensajes de buenos deseos para una pronta
recuperación: hoy también los del presidente estadounidense
Trump,"espero que esté bien", y del presidente francés Macron.
El cuadro que se desprende, por tanto, de lo que dice el
equipo médico, es el de una ligera mejoría, pero todavía en un
contexto"crítico", y el hecho de que no se haya dado a conocer
el pronóstico significa que Francesco no está fuera de peligro.
Esto demuestra también la prudencia de los médicos a la hora
de evaluar la eficacia del tratamiento para la neumonía
bilateral, sobre la que aún tardarán unos días, y no se descarta
un nuevo encuentro con la prensa en los próximos días tras el
del pasado viernes, según parece.
Es un hecho que no se habla de la fiebre del Papa, ni de la
temida y muy arriesgada "sepsis", es decir, el posible paso de
gérmenes por la sangre.
La noche anterior había ido bien para el Papa, que había
dormido y seguía descansando de madrugada. Después se despertó y
continuó su tratamiento.
Fuentes vaticanas informan de que"su estado de ánimo es
bueno", que"puede moverse" y que"se alimenta con normalidad".
En concreto, pues, Francisco "no tiene dolores", según han
sabido las mismas fuentes, que explican que el "sufrimiento" del
que se había hablado el sábado estaba relacionado con la pesada
jornada que había vivido debido a la crisis respiratoria.
También se ha sabido que Francisco no ha recibido visitas,
salvo las de sus colaboradores más cercanos. Mientras tanto,
respecto a una indiscreción de la prensa francesa, según la cual
se está preparando un piso en el Gemelli de la Isla Tiberina
donde será trasladado el Pontífice, se explica que el piso"no es
para el Papa", sino para enfermos "solventes".
Son ya innumerables las ocasiones de oración, misas,
rosarios, organizados para el Papa en Italia y en todo el mundo.
Primero los de la comunidad Gemelli, después en Roma y en la
plaza de San Pedro, donde desde hoy los cardenales de la ciudad
se reúnen cada tarde para el rosario, el primero dirigido por el
cardenal secretario de Estado Pietro Parolin.
"Es una forma de manifestar la cercanía de la Iglesia al
Papa y a los enfermos", dijo el director de la sala de prensa
vaticana, Matteo Bruni.
Mientras tanto, el Papa, ayudado por sus colaboradores más
cercanos, sigue desempeñando sus funciones.
Francisco hizo otros cuatro nombramientos: los del nuevo
obispo de Vittorio Veneto (Treviso), mons. Riccardo Battocchio,
ex secretario especial del Sínodo de los Obispos sobre la
sinodalidad; del nuevo obispo de Trivento, mons. Camillo
Cibotti, anteriormente obispo de Isernia-Venafro y al frente de
la cual fusionó las dos diócesis, como se suele decir, en una
sola"in persona episcopi"; del nuevo obispo de San Cristóbal de
la Laguna, Tenerife (Islas Canarias-España), padre Alberto
Santiago; y del obispo coadjutor de Santos (Brasil), monseñor
Joaquim Giovani Mol Guimarães.
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