"Desafortunadamente, hay países en los que los poderes públicos no respetan la dignidad y la libertad a las que todo ser humano tiene un derecho inalienable como hijo de Dios. A menudo, las limitaciones y las imposiciones pesan especialmente sobre las mujeres, obligándolas a posiciones de subordinación y esto es muy mal", sostuvo.
Francisco recordó que "desde el principio" "entre los discípulos del Señor ha habido también mujeres".
"Esto no significa que se anule la diferencia entre ambos, sino que en el plan de salvación no hay discriminación entre el hombre y la mujer: ambos pertenecen a Cristo", explicó.
Luego bromeó: "Hablando de mujeres, un anciano sacerdote me dijo: 'ten cuidado de no equivocarte porque desde el día del Jardín del Edén ellas tienen el mando'".
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