El último viaje apostólico del Papa Francisco en 2024 será a Francia, pero no a París, donde los líderes de la Iglesia y de la política de los Alpes lo habrían querido para la reapertura de la catedral de Notre Dame tras el desastroso incendio de abril de hace cinco años. En cambio, el Pontífice estará el domingo 15 de diciembre en la Córcega más periférica, en Ajaccio, para participar en un congreso sobre la religiosidad popular en el Mediterráneo, según confirmó oficialmente hoy el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
Francisco será el primer Papa que visita Córcega y, a pesar de los roces de la víspera, también se verá con el presidente Emmanuel Macron, con quien se reunirá a las 17.30 horas en el aeropuerto de Ajaccio, antes de partir hacia Roma.
El programa de la visita incluye la salida en avión desde Roma a las 7.45 y la llegada a la capital corsa a las 9.00 horas. A las 10.15, discurso del Papa en la sesión final del Congreso "La religiosité populaire en Méditerranée" en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Ajaccio. A las 11.20 horas se rezará el Angelus con los obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y seminaristas en la catedral de Santa María Asunta, mientras que por la tarde, a las 15.30 horas, Francisco presidirá la misa en la plaza de Austerlitz" ( "U Casone"), antes de la reunión con Macron y el despegue hacia Roma a las 18.15 horas.
Las expectativas sobre la visita a Córcega han provocado "fricciones" en Francia, como tituló Le Monde hace un par de semanas, ya que el Papa ha renunciado a viajar a París para la reapertura de Notre-Dame. Y si para la isla la llegada de un Papa por primera vez tiene un significado histórico y genera entusiasmo, en París hay quienes hacen la vista gorda.
Según fuentes del entorno de Macron, el propio presidente se lo habría tomado a mal. Y también habría hablado de ello por teléfono con el obispo de Ajaccio, el cardenal François-Xavier Bustillo. Lo que provocó la decepción del presidente fue precisamente el hecho de que Francisco prefirió el evento de Ajaccio a la ceremonia en Notre-Dame, que finalmente reabrirá sus puertas los días 7 y 8 de diciembre. Un resultado que también debe mucho al compromiso del propio Macron, que inmediatamente después del incendio prometió devolver la catedral en 5 años.
En las mismas fechas, sin embargo, el Papa celebró un consistorio en el Vaticano para la creación de nuevos cardenales, además del tradicional acto de veneración de la Inmaculada Concepción en la Piazza di Spagna, en Roma. Además, sabemos también hasta qué punto Bergoglio prefiere las "periferias" a situaciones que ya gozan de visibilidad y de gran solemnidad.
"Un bonito regalo de Navidad", dice el Cardenal Bustillo, que con motivo de la llegada del Papa habla de "un congreso sobre las tradiciones religiosas populares en el Mediterráneo por lo que también habrá obispos de Sicilia, Cerdeña, España y Francia".
El cardenal define la isla como "un laboratorio de paz".
"Vemos que también aquí en el Mediterráneo hay muchas guerras, por eso podemos transmitir una vida fraterna a través de nuestras tradiciones - añade -. Por eso queremos que las autoridades civiles y eclesiásticas puedan dialogar".
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA