"Por favor, no pierdan la alegría, no pierdan el sentido del humor. Cuando un cristiano, más aún una monja, una persona religiosa, pierde el sentido del humor, se vuelve 'amargo', y es muy triste ver a un sacerdote, a un religioso, a una monja, "de humor amargo", les dijo Francisco.
Para el Papa siempre hay que "pedir sentido del humor, que es lo que nos mantiene 'frescos' en el servicio de Dios. Repito: un santo triste es un triste santo".
Y en otra audiencia con españoles, en este caso con seminaristas de Toledo, Francisco también apeló al humor al preguntarles el motivo de su viaje a Roma: "¿penitencia o turismo?".
El Papa pidió a los seminaristas "favorecer siempre la cercanía, sobre todo la cercanía con Dios, con los obispos y con los sacerdotes y con el santo pueblo fiel de Dios".
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