"No olvidemos a los países en guerra. No olvidemos a la martirizada Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar. Hermanos y hermanas, no olvidemos que la guerra siempre, siempre es una derrota. No olvidemos esto y recemos por la paz, luchemos por la paz", dijo Francisco el final de la audiencia general.
Por otra parte, en un mensaje enviado al director de la FAO, por el Día Mundial de la Alimentación, el Papa expresa su deseo de que "todos puedan tener comida en cantidad y calidad adecuadas para ellos y sus familias, para que cada persona pueda llevar una vida digna y para que se derrote definitivamente el doloroso flagelo de la miseria y el hambre en el mundo".
"La 44ª Jornada Mundial de la Alimentación nos invita a reflexionar sobre el derecho a la alimentación para una vida y un futuro mejores", argumenta el Papa en el mensaje. "Se trata de una prioridad, ya que satisface una de las necesidades fundamentales del ser humano, es decir, alimentarse para vivir según estándares de calidad y cantidad adecuados, que garanticen una existencia digna de la persona humana".
Sin embargo, advierte, "vemos a menudo que este derecho se ve socavado y no se aplica de manera equitativa, con las consecuencias dañinas que esto conlleva".
Según el Pontífice, "los líderes políticos y económicos a nivel internacional deben escuchar las demandas de aquellos que están en la base de la cadena alimentaria, como los pequeños agricultores, y de las formaciones sociales intermedias, como la familia, que están directamente involucradas en la alimentación de las personas".
"La humanidad, herida por tantas injusticias, exige urgentemente medidas eficaces para llevar una vida mejor, actuando juntos con el mismo espíritu de fraternidad y sabiendo que este planeta que Dios nos ha dado debe ser un jardín abierto a la convivencia serena", añade Francisco.
"Esto pensaba cuando propuse considerar el paradigma de la ecología integral, para que se tengan en cuenta las necesidades de cada hombre y de todos los hombres, para que se proteja su dignidad en relación con los demás y en estrecha conexión con el cuidado de la creación", añade.
Para el Papa, "solo si tomamos el ideal de justicia como guía de nuestra acción podremos satisfacer las necesidades de las personas".
"Esto también requiere que nos dejemos desafiar y conmover por la condición del otro y que la solidaridad se convierta en la parte principal de nuestras decisiones", añade.
De esta manera, "la protección de las generaciones futuras irá de la mano con escuchar y actuar en favor de las demandas de las generaciones presentes, a través de una alianza intra e intergeneracional que llama a todos a la fraternidad y da un nuevo significado, más auténtico, a la cooperación internacional, cooperación que debe favorecer esta Organización y todo el sistema multilateral".
"En la guerra surge el peor lado del ser humano: egoísmo, violencia y mentira. ¡Rechacemos la lógica de las armas, transformando los enormes gastos militares en inversiones para combatir el hambre, la falta de atención médica y de educación!".
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