Lo dijo en la homilía de la misa en Bruselas, recordando las palabras de las víctimas con las que se reunió.
"Sentí su sufrimiento como personas maltratadas y lo repito aquí: en la Iglesia hay lugar para todos, para todos, para todos" pero "no hay lugar para los abusos, para el encubrimiento de los abusos".
"Pido a los obispos: no encubran los abusos", dijo el Papa, recibido por un largo aplauso desde el estadio.
"El mal no se puede ocultar, hay que sacarlo a la luz con valentía", agregó.
El Papa pidió que los agresores sean "juzgados", "ya sean laicos, sacerdotes u obispos".
El de las víctimas "es un lamento que sube al cielo y nos avergüenza", sostuvo.
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