Se trata de un festival gratuito, en su primera edición este año, surgido dentro de los carruseles de la plaza de la Estación Vieja.
Francisco quería conocer a los trabajadores del parque: una manera, la suya, de estar cerca de los que viven en los suburbios, y tal vez entre mil sacrificios trabaja para hacer la vida más agradable y divertida a los demás y a quienes pasan las vacaciones de verano.
A ellos el Pontífice les dio todo su apoyo, pero en particular quiso expresar personalmente su gratitud "porque hacen sonreír a la gente".
No es algo pequeño en tiempos de guerras, crisis y dolores sociales.
La promotora de la cita de hoy, sin embargo, es muy conocida: Sor Genevieve, la religiosa amiga suya comprometida desde hace décadas en la pastoral de los carruseles, que invitó a Francisco a visitar y saludar a los trabajadores y obreros del Ostia Summer Park. ï Sor Genevieve es ahora una especie de pequeño mito en el mundo católico orbitando alrededor de Jorge Bergoglio: 81 años, definida en el último encuentro por el mismo Pontífice en broma "la enfant terrible", desde hace 56 años sor Genevieve Jeanningros, pequeña hermana de Jesús, se ocupa de la pastoral de los feriantes, pero también de las comunidades Lgbtq+.
Con los feriantes del Ostia Summer Park Lido comparte la vida, viviendo en una caravana junto con la hermana Anna Amelia.
"Hoy, 31 de julio, el papa Francisco salió del Vaticano y llegó a Ostia a las 15 horas para visitar a sor Geneviève Jeanningros, hermana pequeña de Jesús, y a la comunidad de feriantes y artistas de circo del Ostia Summer Park Lido", confirmó la Sala de prensa de la Santa Sede después de que la noticia fuera ya anticipada por ANSA.
"El Santo Padre bendijo una estatua de la Virgen protectora del espectáculo itinerante y del circo y saludó a las familias y niños presentes", agregó.
La visita del Papa, de tono amistoso y familiar, tuvo momentos de particular afecto y alegría.
Después de su llegada al salón del parque, como homenaje al Pontífice, le fue ofrecido un breve espectáculo de acrobacias, malabares, bromas de payasos y globos, informó Vatican News en la red social X.
A un joven, Massimo, que lo filmaba con su teléfono móvil, el Pontífice le grabó un video para saludar a la abuela Laura, como regalo de su sobrino.
En cambio, el pequeño Oscar le regaló a Bergoglio una caja musical, símbolo de los carruseles, junto con una carta y una bolsita azul con 5 euros dentro: "Así puedes comprarte un helado".
Francisco, entre el abrazo de los presentes, concluyó su visita - "gracias por ayudar a la alegría", reiteró - y, poco antes de las 17 horas, regresó al Vaticano.
Transitando con el FIAT 500L blanco en la Puerta del Perugino, adyacente a su residencia de Casa Santa Marta, el Papa se detuvo para saludar a los militares del Ejército puestos de pie, animando su trabajo incluso en el calor del verano, y ofreciéndoles también pequeñas donas, dulces y rosarios.
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