"Los niños sufren, los niños sufren por la guerra. Roguemos al Señor para que esté cerca de todos y nos dé la gracia de la paz", pidió el Pontífice al final de la audiencia general en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Francisco hizo un llamamiento "a la Ucrania atormentada", recordando que el pasado sábado, pocas horas antes del inicio de la I edición del Día Mundial del Niño, se reunió con un grupo de menores que "sufrieron quemaduras y perdieron las piernas en la guerra". Según el Pontífice, "la guerra es siempre cruel. Estos niños y niñas deben empezar a caminar, a moverse, con brazos artificiales. Han perdido la sonrisa: es muy malo, muy triste, cuando un niño pierde la sonrisa", afirmó.
Francisco aprovechó la ocasión para invitar a todos los fieles a rezar por los niños ucranianos, así como por Palestina e Israel, "que tanto sufren, para que termine la guerra". "Y no olvidemos a Myanmar y a los numerosos países que están en guerra", añadió.
Y durante la catequesis en la audiencia, el Papa subrayó que "nuestro corazón se asemeja a ese abismo desierto y oscuro de los primeros versos del Génesis. En él se agitan sentimientos y deseos opuestos: los de la carne y los del espíritu. Todos estamos, en cierto sentido, en ese "reino dividido contra sí mismo del que habla Jesús en el Evangelio".
Francisco comenzó hoy un nuevo ciclo de catequesis: "El Espíritu y la Esposa (es decir, la Iglesia, ndr.). El Espíritu Santo guía al pueblo de Dios hacia Jesús, nuestra esperanza".
"Hay un caos externo a nuestro alrededor - social y político, pensemos en guerras, en muchos niños y niñas que no tienen qué comer, en muchas injusticias sociales - y también hay un caos interno dentro de cada uno de nosotros. Los primeros no pueden sanarse, si no empezamos a sanar los segundos. ¡Que esta reflexión despierte en nosotros el deseo de experimentar el Espíritu creador", destacó.
Al iniciar el nuevo ciclo de catequesis, el Papa observó que "lo que se da como promesa en el Antiguo Testamento se ha realizado plenamente en Cristo". Y hablando de la relación entre el Espíritu Santo y la creación, citó al apóstol Pablo, quien habla de un universo que "gime y sufre como dolores de parto" .
Sufre a causa del hombre que lo sometió a la 'esclavitud de la corrupción'" ""Es una realidad que nos concierne de manera estrecha y dramática - subrayó Francisco -. El Apóstol ve la causa del sufrimiento de la creación en la corrupción y el pecado de la humanidad, que la arrastraron a su alienación de Dios".
"Esto sigue siendo tan cierto hoy como entonces - advirtió -. Vemos los estragos que la humanidad ha hecho y sigue haciendo en la creación, especialmente en aquella parte de ella que tiene mayor capacidad de explotar sus recursos".
Y es San Francisco de Asís quien nos muestra "una salida, para volver a la armonía del Espíritu creador: camino de contemplación y alabanza".
El Papa añadió que "nuestra vocación en el mundo, nos recuerda nuevamente Pablo, es ser 'la alabanza de su gloria' .
Se trata de anteponer la alegría de contemplar a la de poseer. Y nadie se alegraba más de las criaturas que Francisco de Asís, que no quería poseer ninguna de ellas".
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