"Volver a los niveles pre-Covid es un respiro", comenta el cabo Eliah Cinotti, portavoz del ejército del Papa, "que nos permite enfrentar el Jubileo de manera más cómoda".
Hoy, durante las pruebas de juramento en el patio de la sede en Sant'Anna, los jóvenes listos para jurar lealtad al Pontífice de Roma hasta la muerte llevaban el uniforme de gala, con alabardas y armaduras de quince kilos, incluido el casco.
Sin embargo, en realidad son jóvenes militarmente bien entrenados que, cuando escoltan al Papa, visten principalmente ropa civil y saben usar pistolas, tasers y rifles de asalto.
Cada mes tienen un refuerzo formativo en seguridad.
Lo que los peregrinos ven es al alabardero con el traje de rayas de colores, un poco el emblema mismo del Vaticano. Y si bien el Jubileo implicará un mayor compromiso, lo que realmente enfrentan las guardias del Papa hoy en día es el creciente malestar de la gente, especialmente a nivel psicológico.
"Después del paso del Covid", agrega el cabo Cinotti, "cada vez hay más personas que se acercan a nosotros, porque somos la primera línea, para pedir ayuda, limosna, para ser sacados de la calle...".
Por eso, el entrenamiento incluye, siguiendo la tradición cristiana, "una actitud de solidaridad y atención a los problemas psicológicos".
Ante la pregunta de si están preocupados por posibles ataques terroristas, el portavoz de las Guardias Suizas responde: "Los peligros siempre están presentes, pero son similares a los de años anteriores".
El 6 de mayo, entonces, en memoria del Saqueo de Roma en 1527, se realizará el juramento de los 34 nuevos reclutas. La Guardia solo acepta hombres, suizos y católicos.
¿Y las mujeres? "La decisión corresponde al Santo Padre, pero está el problema de la antigua sede, donde para nosotros es difícil vivir", responde el portavoz, confirmando que los trabajos para la nueva estructura no comenzarán hasta después del Jubileo.
Mientras tanto, al menos por ahora, no se está considerando el reclutamiento de jóvenes de otras creencias.
Entre los que jurarán el lunes 6 está Gabriele Scaffetta, de 20 años, de Locarno (Cantón Ticino). Sobre el Jubileo, lo describe como "un año de gracia, un gran desafío, pero también un gran honor". Y no importa si un joven suizo deja todo por al menos dos años y un salario de alrededor de 1400 euros al mes, muy por debajo de los salarios suizos.
"Es un servicio diferente a cualquier otro en el resto del mundo, lo considero un honor increíble", dice Gabriele, apasionado por la historia. "Además, Roma ofrece mucho, empezando por la comida...".
Sin embargo, el joven confiesa que cuando está de guardia durante dos horas frente a la Puerta de Bronce se pregunta si tiene sentido o si es simplemente pasar el tiempo ("se puede rezar el rosario mentalmente, pero es duro").
Sin embargo, cuando luego se encuentra con el Papa Francisco, "ese es el momento intenso que te hace entender por qué estás aquí. Y después de que me ha estrechado la mano, siempre pienso: 'no voy a lavar estos guantes nunca más'".
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