Una manera para que el Pontífice haga sentir concretamente su cercanía y participación en el sufrimiento de la guerra en curso en esa región.
Se anunció en un comunicado del Dicasterio para el Servicio de la Caridad - Limosna Apostólica, que subrayó que "el papa Francisco, entristecido por la 'tercera guerra mundial gradual' que aflige al mundo, reza cada día por la paz, pidiendo en voz alta el fin de los conflictos que desangran la tierra: en la atormentada Ucrania, en Siria, en muchos países de África y ahora en Israel y Palestina".
Así, "como signo concreto de su participación en el sufrimiento de quienes viven en carne propia las consecuencias de la guerra y en esta época navideña ha enviado a Tierra Santa a su limosnero, el cardenal Konrad Krajewski".
De hecho, el Papa desea que "este camino vaya acompañado de oración para obtener el don de la paz en los territorios donde todavía resuena el ruido de las armas".
El comunicado de los Limosnería recuerda que el 8 de junio de 2014, en los Jardines Vaticanos, en presencia del presidente israelí Shimon Peres y del presidente palestino Mahmoud Abbas, el Papa recitó una oración que "todavía hoy es muy actual".
"Señor Dios de la paz, escucha ¡A nuestra súplica! Danos la paz, enséñanos la paz, guíanos hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestro corazón y danos el valor de decir: '¡no más guerra!'; '¡con la guerra todo se destruye!'. Infúndenos el coraje de hacer gestos concretos para construir la paz".
" ¡Y que sean desterradas del corazón de cada hombre estas palabras: división, odio, guerra! Señor, desarma la lengua y las manos, renueva los corazones y las mentes, para que la palabra que nos une sea siempre 'hermano', y el estilo de nuestra vida sea: ¡shalom, paz, salam!".
Krajewski aseguró que se sumarán a esa "gran invocación por la paz, junto con el patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, y con toda la Iglesia local, para celebrar el nacimiento de Jesús, príncipe de la paz y única esperanza del mundo".
Una presencia, la del limosnero papal en Tierra Santa, que replica la que ya se repitió varias veces en Ucrania, llevando ayuda desde el comienzo de la guerra.
Mientras, "como demostración de respeto por todas las pérdidas humanas inocentes de nuestros hermanos y hermanas en Tierra Santa, especialmente en Gaza", el Patriarcado de Jerusalén canceló todas las celebraciones navideñas no religiosas y donará el coste para "aliviar el sufrimiento de muchas personas en Gaza, Cisjordania y Jerusalén".
Además, en una entrevista concedida al semanario Roma Sete, el arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario vaticano para las relaciones con los Estados, reiteró que fueron "testigos de las terribles atrocidades del 7 de octubre, para las que no hay justificación alguna".
"Pero también fuimos testigos de lo que sucedió después.
Las negociaciones son necesarias lo antes posible. Esperamos que esta guerra no dé lugar a otros conflictos religiosos y no se extienda a otras partes del mundo", cmpletó.
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