"Sin verdadera pobreza, no hay vida religiosa. La pobreza es lo que custodia la vida consagrada. Y no solo es una virtud, no, es la guardiana.
No lo olviden".
Así les dijo hoy el Papa Francisco, al recibirlos en audiencia esta mañana en el Vaticano, a las participantes del XXV Capítulo General de las Hermanas Educadoras de Nuestra Señora.
"Este firme fundamento ha permitido a las Hermanas Educadoras de Notre Dame ir por todo el mundo y dar testimonio del Evangelio, haciendo visible a Cristo a través de vuestra presencia, llena de fe, esperanza y caridad", subrayó el Pontífice.
"Como mujeres que profesan los consejos evangélicos, hace tiempo que son pioneras en abrazar la dimensión profética de la vida consagrada", señaló Francisco. "Y vuestra entrega es signo no solo del don que han hecho de ustedes mismas al Señor, sino también de vuestra disponibilidad para servir, en Él, a todos nuestros hermanos y hermanas." "Las animo a seguir siendo testigos valientes de la solidaridad evangélica, en un momento en que muchos experimentan la fragmentación y la desunión", dijo el Papa, añadiendo que "esta responsabilidad adquiere una importancia aún mayor a la luz del camino sinodal que toda la Iglesia está llevando a cabo".
Por otra parte, hoy se supo que el Papa Francisco decidió que el Mater Ecclesiae, en los Jardines Vaticanos, que desde su renuncia al papado y hasta su muerte fue la residencia del Papa emérito Benedicto XVI, vuelva a ser ahora un monasterio y estará a cargo de monjas benedictinas argentinas.
"San Juan Pablo II, con el Breve 'Vida Contemplativa' del 25 de marzo de 1994, erigió canónicamente en la Ciudad del Vaticano un Monasterio de Monjas de Vida Contemplativa, con el título de 'Mater Ecclesiae'", reza un comunicado difundido hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
"Tras la muerte de Benedicto XVI, que deseaba residir allí para pasar los últimos años de su vida acompañando a la Iglesia con la oración, el Santo Padre Francisco, en una carta manuscrita fechada el 1 de octubre de este año, ordenó que el Monasterio Mater Ecclesiae retomara su finalidad original: que las órdenes contemplativas apoyen al Santo Padre en su solicitud cotidiana por toda la Iglesia, a través del ministerio de la oración, la adoración, la alabanza y la reparación, siendo así una presencia orante en el silencio y la soledad", continúa la nota.
Para ello, "el Papa Francisco convocó a las monjas de la Orden Benedictina de la Abadía de Santa Escolástica de la Victoria, Provincia de Buenos Aires (Diócesis de San Isidro) en Argentina, quienes generosamente aceptaron la invitación del Santo Padre." "Las seis monjas que, según los Estatutos, formarán la Comunidad Monástica comenzarán a vivir en el Monasterio en los primeros días de enero", añade el comunicado. El Papa Francisco también decidió que la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano será responsable de todos los asuntos relacionados con el Monasterio Mater Ecclesiae.
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