"¿Si estoy preparado para un intercambio? Cualquier cosa, si esto también puede conducir a la libertad y traer a esos niños a casa, no hay problema. Absoluta disponibilidad de mi parte", dijo sin dudar en un encuentro online con un grupo reducido de periodistas, al responder una pregunta sobre si estaría dispuesto a ofrecerse como intercambio para liberar a los jóvenes rehenes en manos de Hamas.
Respecto a la oferta de mediación de la Santa Sede, agregó, "hemos dado nuestra disponibilidad al menos para intentar recuperar a los rehenes, o al menos a una parte de ellos. Es muy difícil porque para la mediación es necesario tener interlocutores. Y al menos En este momento no se puede hablar con Hamás".
Pizzaballa está convencido de que la única solución para detener la crisis actual "y encontrar una salida" es "hallar una manera de recuperar a los rehenes".
"Debemos hacerlo en la medida de lo posible, creo que en este momento es el único elemento concreto. Creo que en este momento un gesto que puede hacernos repensar esta deriva es garantizar que los rehenes puedan regresar a casa. De lo contrario, será muy difícil detener cualquier desarrollo", señaló.
Por eso, reiteró, "estamos disponibles, también podemos comprometernos personalmente, estamos preparados. Para cualquier cosa que pueda aportar un mínimo de calma y desescalada, estamos preparados".
El patriarca de Jerusalén, sin embargo, quiere "ser claro".
"No hay comprensión de lo que Hamás ha hecho, que quede claro - señaló -. Dicho esto, queremos intentar ver si se puede hacer una mediación para llevar a algunos de estos rehenes, tal vez incluso a todos. Esto no significa que tengamos un canal de comunicación: estamos buscando, creo que no es tan imposible encontrar canales de comunicación. Pero seamos claros: el ataque de Hamas el 7 de octubre, ya no sé de qué otra manera decirlo, es injustificable, incluso incomprensible, moralmente inaceptable".
De fondo también está la protesta del ministro del Exterior israelí, Eli Cohen, con su par vaticano, monseñor Paul Gallagher, por las posiciones ligeramente equidistantes que muestran las Iglesias de Tierra Santa.
"Yo también tengo algunas dudas - admitió Pizzaballa -. El ministerio del Exterior israelí está muy irritado, por decirlo suavemente, por esos comunicados de prensa, el primero y el segundo. Entiendo sus motivos, yo también tengo algunas dudas.
Por ser justos con las demás Iglesias, no quiero añadir nada más".
Respecto a los temores sobre las consecuencias de una posible invasión terrestre de Israel en Gaza, para el nuevo cardenal "son esencialmente dos: el primero es, tras la operación terrestre, no sé cómo se llama en términos técnicos, la crisis humanitaria mucho más grave que se creará. Éste es el primer temor, porque sin duda habrá muchas víctimas".
"Y el otro temor - agregó- es que este conflicto se convierta en un conflicto regional, que incluya no sólo a Gaza o posiblemente Cisjordania, sino también al Líbano, entonces podría estallar el mundo islámico, todos los países árabes: es muy difícil predecir acontecimientos, pero los temores de expansión regional son reales".
En vísperas de la jornada de ayuno y oración por la paz en Tierra Santa, que él mismo anunció para mañana, Pizzaballa la define como "un hermoso signo de unidad", dado el apoyo de todas las demás Iglesias.
Y en cuanto a la situación de los cristianos en la Franja, alrededor de un millar de personas - hoy el Papa llamó por teléfono a los sacerdotes y a las monjas de Gaza para decirles "estoy cerca de ustedes" -, informan que están todos reunidos en recintos eclesiásticos: alrededor de 500 en la iglesia latina, 400 en la ortodoxa griega y unos 300, incluidos musulmanes, en la YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes).
"Están todos en la parte norte, de donde deberían salir, según las instrucciones del ejército israelí - explicó -. Pero no salen, se quedan allí porque no saben adónde ir, y también porque moverse es peligroso. La comida empieza a escasear.
Buscamos entre nuestros contactos para conseguir la mayor cantidad de material posible, como comida, medicinas, agua y gasóleo para los generadores".
Esta misma mañana, entre otras cosas, Pizzaballa mantuvo una reunión de coordinación con las distintas agencias humanitarias "para ver cómo se puede ayudar".
"Estamos tratando de insistir en que se abra al menos un corredor humanitario para satisfacer las necesidades básicas que ahora se necesitan desesperadamente. Estamos consternados, asombrados por lo que ha sucedido y por la velocidad de los cambios en curso. Y hay gran incertidumbre sobre lo que sucederá", concluyó.
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