Se trata de una acción de trescientos sesenta grados que parte de cuestiones humanitarias, como el canje de prisioneros y el regreso a casa de niños ucranianos deportados a Rusia, para llegar a la paz con la implicación de todas aquellas potencias que puedan ejercer influencia, desde Estados Unidos a China, y también el mundo árabe.
"Mientras se está combatiendo en Ucrania y en otras partes del mundo -dijo hoy en la audiencia general en el Vaticano, la primera después del receso de julio-, y mientras se planea la guerra en ciertas salas escondidas, esto es malo, la Jornada de la Juventud ha demostrado a todos que otro mundo es posible: un mundo de hermanos y hermanas, donde las banderas de todos los pueblos ondeen juntas, codo con codo, sin odios, sin miedo, sin cierres, ¡sin armas! ¿Lo escucharán los 'grandes de la tierra'?, me pregunto".
Mientras tanto, empieza a definirse mejor la estrategia que implica la petición del Papa de involucrar al mundo árabe para tratar de detener la violencia en Europa.
Abu Dabi, donde el Papa firmó el Documento sobre la Fraternidad Humana en 2019, podría ser la primera etapa de una negociación de paz entre Rusia y Ucrania.
El presidente de los Emiratos Arabes Unidos, Muhammad ben Zayed, pretende organizar un encuentro entre los presidentes ruso, Vladimir Putin, y ucraniano, Volodímir Zelensky, en los días de la Cop28, la conferencia internacional sobre el clima, prevista en Dubái el 30 de noviembre, según el periódico libanés L'Orient-Le Jour.
Según fuentes árabes y occidentales, esta iniciativa sigue "la petición del Papa en coordinación con algunas potencias europeas".
El Papa también había hablado de un posible papel de China en su conversación con la revista española Vida Nueva.
"Tras la visita del cardenal Zuppi a Washington, la próxima parada prevista es Pekín, porque ambos tienen también la clave para bajar la tensión del conflicto. Todas estas iniciativas son lo que yo llamo 'una ofensiva por la paz'", sostuvo.
Luego, el anuncio de que en noviembre, antes de que se celebre la cumbre climática de las Naciones Unidas en Dubái, "estamos organizando una reunión de paz con líderes religiosos en Abu Dabi. El cardenal Pietro Parolin está coordinando esta iniciativa, que quiere tener lugar fuera del Vaticano, en un territorio neutral que invite a todos a encontrarse", dijo en la entrevista.
El mismo Francisco podría abrir este evento. Pero también le dio al presidente de Emiratos Arabes un mandato para verificar si, en este contexto, efectivamente hay espacio para una reunión entre Putin y Zelensky.
En la audiencia general, el pontífice subrayó muchas veces su preocupación por la paz y citó dos veces a "la querida y martirizada Ucrania".
Reiteró que, durante su viaje a Portugal, fue a Fátima precisamente para rezar por la paz. E informó también que renovó la consagración de Europa y del mundo al Inmaculado Corazón de María, precisamente para implorarle el don de la paz en Ucrania y en todas las zonas del planeta afectadas por los conflictos.
"Son muchos", recordó hoy el Papa.
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