Por otro lado, no hay rastro de obispos de China continental en el Sínodo de este año (y en la posterior segunda sesión de octubre de 2024): y si se quiere encontrar un puente con el episcopado chino hay que ir, entre los miembros de nombramiento pontificio, al jesuita Stephen Chow Sau-Yan, obispo de la antigua colonia británica de Hong Kong.
Un gran paso atrás subraya también la agencia PIME AsiaNews, en comparación, por ejemplo, con el Sínodo de los jóvenes de 2018, celebrado pocas semanas después de la primera firma del acuerdo provisional entre la Santa Sede y el gobierno de Pekín sobre la nombramiento de obispos, en el que pudieron participar dos obispos chinos: monseñor Giuseppe Guo Jincai, obispo de Chengde (uno de los siete obispos ya ordenados "ilegítimamente" a los que el Papa Francisco levantó la excomunión) y monseñor Juan Bautista Yang Xiaoting, obispo de Yan'An.
Hoy, sin embargo, el Papa Francisco debe volver a confiar únicamente en la Iglesia de Hong Kong, que durante décadas ha sido un vínculo con las comunidades católicas en China, como también lo atestigua el reciente viaje de monseñor Stephen Chow a Pekín.
El retroceso es evidente y, según señala la agencia misionera, "una fotografía elocuente del estado actual del Acuerdo Provisional, renovado el año pasado pero seguido sólo por la fuerza de Pekín sin acordar ningún nuevo nombramiento".
Un primer y preocupante contratiempo en las relaciones entre la Santa Sede y las autoridades de Pekín, justo un mes después de la segunda renovación del acuerdo sobre el nombramiento de obispos, o sea la "ceremonia de instalación", que tuvo lugar el pasado 24 de noviembre en Nanchang, de monseñor John Peng Weizhao, obispo de Yujiang (Provincia de Jiangxi), como obispo auxiliar de Jiangxi, diócesis no reconocida por la Santa Sede.
Una noticia completamente diferente del espíritu y la letra del Acuerdo, que fue recibido en el Vaticano "con sorpresa y pesar". Otra decisión unilateral de las autoridades chinas, entre marzo y abril pasados, fue la toma de posesión de monseñor Shen Bin, ex obispo de Haimen, como nuevo obispo de Shanghai, sin el consentimiento del Vaticano, al punto de que fue capaz de crear un "caso diplomático" entre la Santa Sede y China.
Tanto es así que el 24 de mayo, con motivo de la Jornada Mundial de Oración, el Papa Francisco lanzó un llamamiento público explícito y sin precedentes por la "plenitud" y la "libertad" del anuncio de la fe católica en China y de la acción de los Iglesia. En este contexto, la participación de obispos de China continental en un Sínodo en Roma, que en 2018 fue posible y se presentó como fruto del Acuerdo, hoy ya no lo es.
Como el resto, los obispos de China continental no pudieron participar ni en las iniciativas de las Iglesias asiáticas del proceso sinodal ni en la Conferencia de Bangkok por el 50 aniversario de la FABC, la federación de conferencias episcopales asiáticas.
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