El encuentro tuvo lugar con motivo del 50 aniversario de la
inauguración de la colección de arte moderno y contemporáneo de
los Museos Vaticanos, también conocidos como los "Museos del
Papa".
El evento reunió a grandes nombres de todos los campos
artísticos, como los arquitectos Jean Nouvel y Rem Koolhaas, los
cineastas Abel Ferrara, Marco Bellocchio, Alice Rohrwacher y
Ferzan Ozpetek, los músicos Ludovico Einaudi y Luciano Ligabue y
los escritores Nicolò Ammaniti, Paolo Cognetti, Roberto Saviano
y Jhumpa Lahiri.
El músico brasileño Caetano Veloso también estaba entre los
invitados, pero, según el diario O Globo, canceló su viaje a
Roma a causa de la gripe.
"Les agradezco por aceptar mi invitación, su presencia me
alegra. La Iglesia siempre ha tenido una relación natural y
especial con los artistas", dijo Francisco en su discurso.
El Papa también instó a los artistas a "no olvidar a los
pobres, que son los predilectos de Cristo".
"Los pobres también necesitan del arte y de la belleza,
algunos experimentan en la vida formas de privación muy duras.
Generalmente, no son escuchados. Podéis ser intérpretes de su
grito silencioso", afirmó.
Además, destacó que los artistas tienen la capacidad de
"soñar nuevas versiones del mundo" y son como "profetas que
logran mirar las cosas con profundidad y distancia, como
centinelas que entrecierran los ojos para escudriñar el
horizonte y comprender la realidad más allá de las apariencias".
"Como los profetas bíblicos, te enfrentas a cosas que a
veces te molestan, criticando los falsos mitos de hoy, los
nuevos ídolos, los discursos banales, las trampas del consumo y
las astucias del poder", dijo Jorge Bergoglio.
"Quieres mostrar lo que te hace pensar, lo que te hace
vigilante, lo que revela la realidad incluso en sus
contradicciones", siguió.
"La Iglesia siempre ha tenido una relación con los artistas
que se puede definir como natural y especial al mismo tiempo",
dijo con motivo del 50 aniversario de la inauguración de la
Colección de Arte Moderno y Contemporáneo de los Museos
Vaticanos.
"Es una amistad natural, porque el artista se toma en serio
la profundidad inagotable de la existencia, de la vida y del
mundo, incluso en sus contradicciones y lados trágicos", dijo.
"Esta profundidad corre el riesgo de volverse invisible a la
mirada de muchos saberes especializados".
Finalmente, Francisco dijo que el "arte es como una vela que
se llena del Espíritu y nos mantiene en marcha".
"Conscientes de esto, esperamos nuevos frutos también en
nuestro tiempo, en un clima de escucha, libertad y respeto",
señaló. "La gente necesita estos frutos, frutos especiales".
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