También, le indicaron que no realice esfuerzos intensos, pero que evite la inmovilización en la cama.
Así lo explicaron los geriatras, que recomiendan la importancia, "para el Pontífice como para cualquier anciano en una situación similar, sentarse lo antes posible".
Andrea Ungar, presidente de la Sociedad Italiana de Gerontología y Geriatría (SIGG), explicó a ANSA que es fundamental en la recuperación posquirúrgica de cualquier persona mayor, "evitar un confinamiento prolongado y fomentar la movilización temprana. Por tanto, compatible con las condiciones del paciente y si no existen contraindicaciones particulares, es bueno levantarse de la cama y al menos sentarse en un sillón, evitando esfuerzos".
Al estar sentado, de hecho, "se realiza un mayor ejercicio respiratorio y esto reduce el riesgo de infecciones pulmonares y sarcopenia por reposo en cama, o pérdida de masa muscular, los dos principales posibles problemas tras la cirugía".
Por eso, "el imperativo de los gerontólogos en estos casos es la movilización temprana, lo que lamentablemente no ocurre en la mayoría de los ancianos hospitalizados", explicó Ungar, profesor de geriatría de la Universidad de Florencia.
También se apunta a la nutrición, que probablemente será seguida por el pontífice.
"Tras 24 o 36 horas de dieta hídrica o líquida -prosiguió el experto- Bergoglio deberá recuperar poco a poco una dieta cuidada y equilibrada, con la cantidad justa de proteínas, que las personas mayores necesitan más porque se enfrentan a una reducción de la masa muscular y esto se asocia con más fracturas, caídas y mortalidad".
"Entonces será bueno aportar una buena dosis de fibra y reducir la ingesta de azúcares, hidratos de carbono y grasas saturadas, para facilitar el mantenimiento de un peso saludable.
Esto último no simple para Bergoglio, dado la inmovilidad a la que se ve obligado por el problema de la rodilla", agregó.
Para todos y especialmente para las personas mayores, dijo, mantener más masa muscular y mantener un peso saludable "es una ayuda importante para preservar el estado funcional general, es decir, la realización de las actividades diarias: esta es la mayor garantía de un envejecimiento saludable y la mejor manera de evitar enfermedades crónicas".
Una operación a los 86 años, sostuvo Ungar, "no es un paseo por el parque, pero a los centenarios se los somete a operaciones mucho más peligrosas y delicadas".
Por otro lado, indicó, no sirve ahora hacer predicciones sobre los tiempos de recuperación del Papa.
"Cada paciente tiene su propio curso según diferentes características, pero esperamos que sea lo más corto posible", concluyó el experto.
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