"Vuestro carisma, abierto y respetuoso, es particularmente precioso hoy, en un mundo donde el desafío de la interculturalidad y la inclusión es vivo y urgente, dentro y fuera de la Iglesia. Por eso les digo: no abandonen su coraje y su libertad interior, cultivadla y hacer de ella un rasgo vivo de su apostolado. Son muchos los hombres y mujeres que todavía tienen necesidad del Evangelio, no sólo en las llamadas 'tierras de misión', sino también en el viejo y cansado Occidente".
Así se dirigió el Papa Francisco a la Congregación del Espíritu Santo bajo la protección del Inmaculado Corazón de María (Spiritani), recibida en audiencia en el Vaticano.
"Están presentes en 60 países de los cinco continentes, con cerca de dos mil seiscientos religiosos y la implicación de muchos laicos -reconoció el Pontífice-. Gracias a su voluntad de cambio y a su perseverancia, han permanecido fieles al espíritu de sus orígenes: evangelizar a los pobres, aceptar misiones donde nadie más quiere ir, preferir el servicio a los más abandonados, respetar los pueblos y las culturas, formar clérigos y laicos locales para el desarrollo humano integral, todo en fraternidad y sencillez de vida y en asiduidad en la oración" .
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